Emitida durante ocho temporadas en la cadena estadounidense CW entre 2009 y 2017, la serie de televisión Crónicas vampíricas todavía no pudo estrenarse en un momento mejor. En plena fiebre por la saga Crepúsculo, la adaptación cinematográfica de la también exitosa serie de novelas de Stephenie Meyer, la serie juvenil centrada en un triángulo amoroso formado por una joven humana y dos hermanos vampiros estaba destinada a levantar pasiones y así ocurrió.
Desarrollada por Julie Plec en base a la también serie de libros homónima de J.L. Smith, Crónicas vampíricas estaba protagonizada por Nina Dobrev, Paul Wesley e Ian Somerhalder, en la piel de Elena Gilbert y los hermanos Stefan y Damon Salvatore y se desarrollaba en la ficticia localidad de Mystic Falls. Un lugar en el que, además de vampiros, también habitaban otras criaturas relacionadas con la magia y la fantasía, como hombres lobos, brujas y Doppelgängers.
Finalizada en el año 2017, Crónicas vampíricas dio lugar a su propio universo televisivo a través de dos series derivadas más: primero el spin-off Los Originales, que se emitió por cinco temporadas y estaba centrada en los vampiros originales; y después Legacies, derivada de Los Originales y centrada en su descendencia.
Aunque ha pasado tiempo que llegó a su fin, algunos espectadores siguen enganchándose hoy día a Crónicas vampíricas, mientras son muchos los que le guardan un cariño especial, ahora, ocho años después de su desenlace, está a punto de llegar a las librerías -de momento solo en EE UU- el libro The Vampire Diaries: I Was Feeling Epic - An Oral History of The Vampire Diaries, de Samantha Highfill, dedicado a repasar, junto al elenco y el equipo, la creación y el legado de la serie.
Tanto los protagonistas de la serie como la creadora, Julie Plec, han recordado la experiencia, charlando y reflexionando sobre el recorrido y revelado algunas anécdotas que hasta ahora son desconocidas. Una de ellas la que incluye un extracto publicado en exclusiva por Variety, en la que el gran favorito de la serie, el entonces ex de Perdidos Ian Somerhalder, que interpretaba a Damon Salvatore, admite que durante la tercera temporada de la serie comenzó a no gustarle el rumbo que estaba tomando el arco argumental de su personaje. Damon, que hasta entonces había sido como el hermano más "malote", se convirtió en el interés romántico de Elena, mientras que Stefan (Paul Wesley) se convirtió en el villano.
Ian Somerhalder: "Estaba furioso. Quería irme"
"Estaba tan molesto por la trayectoria de Damon, tanto que en un momento dado, sentado frente a Julie en su oficina de Atlanta, casi llorando -de hecho, tenía los ojos bastante llorosos-le pedí que me sacara de la serie. Estaba furioso. Quería irme. Porque vi lo que venía. Damon se encaminaba hacia el papel de interés amoroso. Pensé: "Mierda, tengo treinta y pocos años, tengo mucha presión por esta serie, seguro que puedo encontrar algo realmente genial, oscuro y atrevido", explica Somerhalder, quien ahora vive alejado de la interpretación en una granja junto a su esposa.
Julie Plec, la creadora, ya había escuchado algunos rumores, así que no le pilló por sorpresa, así que se reunión con él. Y entendió lo que le pasaba: "Se había convertido en una temporada demasiado centrada en los Originales y Stefan iba a ser el Stefan Destripador, así que Damon tenía que ser el héroe. Estaba muy triste por que Damon tuviera que ser el héroe y que Stefan fuera el villano, que Klaus fuera el villano y que todos los demás fueran los villanos, y sentía que estaba en una crisis de identidad. Eso era lo que lo desanimaba".
"Pensé: 'Me van a convertir en un personaje sentimental'", recuerda haber pensado Somerhalder, quien estaba encantado con la anterior personalidad dura de su personaje. "Julie me dijo: 'No vas a dejar la serie. Primero, eres una de las estrellas y una de las partes más importantes de la serie; segundo, firmaste un contrato de seis años, así que eso no va a pasar; y tercero, no te preocupes, tiene que haber capas'".
Somerhalder entendió que tenía confiar en el proceso y su confianza tuvo su recompensa. Damon Salvatore pasaría por muchos altibajos durante su recorrido, que se extendería por cinco temporadas más. De hecho, fue Nina Dobrev quien se marchó antes de que terminase la serie, abandonando su papel de Elena en la séptima temporada.