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    El porno no educa: Lo que 'Sex Education' de Netflix te enseña sobre sexo

    Expertos en sexualidad analizan uno de los últimos éxitos de la plataforma de 'streaming' y reflexionan con SensaCine acerca de temas que, aún hoy, son tabú.

    ¡Cuidado, 'SPOILERS'! No sigas leyendo si no quieres saber nada de Sex Education.

    Netflix es una de las plataformas más prolíficas en cuanto a series y películas se refiere. Cada año, estrena numerosas ficciones originales que se suman a las que adquiere a base de talonario y a las nuevas temporadas de sus series más vistas, y cada año los espectadores están ansiosos por ver sus contenidos interminables. Uno de los éxitos de este 2019 -y eso que tan solo llevamos dos meses- es Sex Education, que se estrenaba en nuestras vidas el 11 de enero y recibía la renovación por una segunda temporada poco después, el 1 de febrero.

    Para aprender lo máximo posible sobre sexo y sobre la importancia de una serie como Sex Education en nuestras vidas de 'millennials' y en las del resto de las generaciones, hemos hablado con dos expertos en la materia: Juan Manuel Peris, psicólogo clínico y terapeuta sexual, y Pilar S. Boza, matrona, sexóloga y terapeuta sexual.

    Esta historia de tan solo ocho episodios está protagonizada por Asa Butterfield como el joven Otis, un chico aparentemente normal cuya educación es lo opuesto. Con dos padres terapeutas sexuales, su relación con el sexo y todo lo relacionado con él es muy estrecha, por lo que es el más indicado para aconsejar y ayudar a sus compañeros de instituto cuando Maeve (Emma MacKey), una chica inalcanzable, le propone un negocio: consulta sexual en los baños abandonados de la escuela. Pero estos dos adolescentes no están solos y están acompañados por Eric (Ncuti Gatwa), el mejor amigo de Otis y uno de los personajes más carismáticos y entrañables; Jean (Gillian Anderson), la madre de Otis, su mentora y terapeuta personal, una genia a la hora de enamorar al público; Adam (Connor Swindells), el matón del instituto y alguien cuyos complejos problemas traerán de cabeza a Otis, o Aimee (Aimee Lou Wood), la confidente de Maeve y una de las 'abejas reina' del centro.

    Todos ellos forman una de las ficciones que ha destacado más estos meses por cuestiones como normalizar el tema del sexo tanto en jóvenes como en adultos, acercarse a los espectadores con rostros afables y familiares -aunque sin grandes estrellas-, y por una estética cuidada que nos hace dudar sobre cuándo se sitúa la serie. Son adolescentes con móviles con cámara y mensajes instantáneos, pero no parecen tan absortos por ellos como sucede en nuestra realidad. ¿Dónde están las redes sociales, WhatsApp, YouTube o el propio Netflix?

    ¿Qué es lo que más nos ha enganchado?

    Sex Education nos ha conquistado casi desde el principio permitiéndonos disfrutarla con el 'modo maratón' puesto. Cosas como la estética, la duración de la primera temporada o sus temas son solo parte de lo que nos ha picado la curiosidad a la hora de darle al play. Pero son los diálogos los que realmente han conseguido que la consideremos como una de las mejores ficciones actuales. Como este:

    ¿Tienes complejo de Edipo?
    ¿Me estás preguntando si quiero tirarme a mi madre?
    No creo, no me van esas cosas
    No le hagas caso, está chinchándote. Otis, es absolutamente normal que un hombre joven se sienta atraído por una mujer madura. De hecho, al estigmatizar sus preferencias, estás dando pie a un relato nocivo de la masculinidad en la mediana edad
    Luego dicen que no hay que salir con loqueros

    En una de las escenas del primer episodio, vemos a Otis hablar en la cocina con uno de los amantes de su madre, un hombre cuya labor en ese momento es la de explicar la relación con el sexo de Jean y la del protagonista con la vida sexual de su madre. Ahí la terapeuta le da una lección a su hijo hablando sin tabúes ni complejos de sus relaciones íntimas y de los tópicos que existen en cuanto a la masculinidad y a las relaciones entre hombres y mujeres, en las que se considera que es más lógico que un hombre mayor esté con una mujer más joven, y no al contrario.

    Este diálogo abre las puertas a la conversación entre y con los espectadores, al análisis de nuestra sociedad y a nuestra forma de participar en ella. Es un mensaje a adolescentes y adultos para que nos demos cuenta de que el mundo que nos rodea es más complejo y para que sepamos que para poder acercarnos a él necesitamos deshacernos de los prejuicios que nos controlan -cuando, por ejemplo, nacen de una educación en la que el sexo se considera como pecado.

    LGBT, porno y sororidad, temas centrales de 'Sex Education'

    La diversidad de Sex Education se nota en la elección de los actores, la construcción de sus personalidades y, sobre todo, en los temas que trata. En los ocho episodios que componen la primera temporada, los guionistas tienen tiempo de sobra para acercarse a la sexualidad desde diferentes perspectivas. Gracias al abanico tan amplio que se abre en la ficción de Netflix, tanto los adolescentes como los adultos han aprendido mucho sobre el sexo, algo que aún hoy sigue siendo tabú. Para conocer el tema desde un punto de vista profesional, hemos hablado con Juan Manuel Peris y Pilar S. Boza.

    Los dos expertos coinciden en que un producto televisivo como este es un formato ideal para explorar la sexualidad de la manera más sana posible. Boza señala, además, que no solo las nuevas generaciones pueden beneficiarse de la serie. "Es una forma de tratar la sexualidad de una forma indirecta, un poco impersonal, pero llega a los chavales. Es una serie que está orientada a adolescentes, pero también la ven bastantes adultos. Creo que hay más desinformación por parte de un público adulto". Pero no se puede decir que Sex Education sea pionera. Peris recuerda el programa Hablemos de sexo, con Elena Ochoa, que llegó a TVE en 1990. "Ponían vídeos, cortos, especialistas en psicología, médicos y todo hablando de sexualidad. Yo creo que es la primera vez que se abordó la sexualidad de una forma seria, en un formato de televisión y en un horario familiar". Por tanto, y siguiendo el razonamiento de ambos expertos, series como Sex Education hacen frente a los estereotipos implantados en la sociedad por culpa del porno. Sobre ese aspecto, Boza nos lo deja muy claro: "El porno no educa".

    Nuestra principal fuente de educación sexual actual es el porno porque hay un acceso más cercano, pero no deja de ser cine. Es como si me comparo con Superman y quiero salir a volar [Juan Manuel Peris]

    El personaje de Adam: ¿homofobia?

    Uno de los temas centrales de la serie es la visibilidad que le da a la comunidad LGBT y lo hace a través de personajes que intentan representar varios grados de comportamiento sexual. Eric (Ncuti Gatwa), el amigo de Otis, es abiertamente gay y tiene una familia religiosa que, a priori, se opone, aunque sabe que tiene todo su apoyo. Anwar (Chaneil Kular) pertenece a la élite del instituto y tampoco esconde su homosexualidad, aunque es incapaz de tocar un ano. Ruthie (Lily Newmark) es lesbiana y tiene problemas con su pareja, Tanya (Alice Hewkin), porque no terminan de congeniar en la cama. Y luego está Adam.

    El personaje de Connor Swindell es el típico matón que atosiga a diario a Eric. Más tarde se descubre que es gay, un giro ya muy visto que nos lleva a pensar si no será algo homófobo creer que todos los gays reprimidos tienen este comportamiento agresivo. "No todos los que se meten con los demás o tienen homofobia son gays reprimidos, pero sí es verdad que dentro del proceso de la propia aceptación de la homosexualidad hay dos personajes típicos: unos son los 'visibles' y otros los 'tapados", cuenta Peris.

    Los 'visibles', que son los portadores del estigma de ser homosexual, son la gente que normalmente cubre los estereotipos (tiene más pluma o se le nota más). El gay que es 'tapado', es decir, que es masculino, como no quiere formar parte del club de los visibles, potencia más la masculinidad y una forma es atacar al que considere más débil [Peris]

    Para Boza está claro que Adam tiene conflictos internos, pero su modo de comportarse es herencia de su entorno familiar. "Es que todas las críticas paternas que tiene son negativas. La relación que tiene con su padre es una relación totalmente agresiva. Entonces, su forma de acercarse a los demás es agresiva porque es lo que sabe. Es la única forma que le han enseñado de comunicarse con los demás, cuando en el fondo es una persona muy sensible porque le afectan los problemas".

    La presión social

    La presión social a la se enfrenta cualquier adolescente aparece en los primeros minutos del primer episodio cuando Eric le hace un rápido repaso a Otis de la vida sexual de sus compañeros de instituto: "¡Este año va a ser genial! ¡Lo presiento! [...] Ya te lo he dicho, tío, todos han follado durante el verano. Todos excepto tú. [...] Mira a tu alrededor. Todo el mundo está pensando en follar, a punto de follar o está follando, y tú ni siquiera puedes hacerte una paja". ¿Quién no ha viajado a sus años de instituto después de escuchar este diálogo?

    Ser el primero en tener sexo casi te coronaba como el rey de la clase -aquí ya no entramos en las diferencias de género- y Juan Manuel Peris recuerda que cada persona tiene un ritmo diferente. "Hay gente que la experiencia sexual la puede vivir muy alejada de lo afectivo y gente que no, que necesita una intimidad, una afectividad para disfrutar. Entonces, si yo hago un 'aquí te pillo, aquí te mato' con cualquiera por el hecho de cumplir con lo establecido y no ser la rara, pues a lo mejor rompe con mis valores y mi forma de entender la sexualidad".

    En la serie de Netflix, Lily (Tanya Reynolds) es la que mejor representa esta presión: quiere perder la virginidad por todos los medios. En una significativa escena con Eric, después de pedirle que se acuesten juntos, ambos se ponen un vídeo porno y se preguntan cómo será la penetración. Después de tanta expectación, Lily tiene la oportunidad de hacerlo por primera vez, pero descubre un problema inesperado (y algo de lo más común): el vaginismo.

    Los traumas que, a veces, nos creamos nosotros mismos

    Si analizamos los problemas que trata de solucionar Otis en su papel de terapeuta, descubrimos que todos ellos tienen pequeños traumas a los que se deben enfrentar. Desde Olivia (Simone Ashley) y sus dificultades para practicar sexo oral hasta la incapacidad de Otis para disfrutar de la masturbación tras ver a su padre engañando a su madre. Todos tienen varias cuestiones que no pueden pasar por alto.

    Hemos tratado este tema con Pilar S. Boza, quien ha explicado que hay miedos que se van creando en función de las malas experiencias en la cama. Es algo parecido a lo que le pasa a Adam en los primeros episodios, cuando no puede eyacular al tener relaciones con Aimee y solo lo consigue al dejarse llevar, siguiendo los consejos de Otis.

    Yo creo que es en base a experiencias pasadas. Si tú tienes una pareja anterior que te dice que follas muy mal, que masturbas muy mal... tú, a la siguiente relación de pareja, te vas a exponer a esos miedos que te ha inculcado tu pareja anterior. Creo que muchas de las disfunciones sexuales son por experiencias pasadas puntuales traumáticas que luego se van repitiendo o que tú, en tu mente, vuelves a recrear hasta que se instauran y ya no lo puedes controlar [Pilar S. Boza]

    Sororidad y feminismo

    El otro gran pilar de Sex Education es la sororidad que transmite cada episodio, perfectamente concentrada en el momento "Es mi vagina" del quinto capítulo. Después de que se difunda por el instituto la imagen de la vagina de una alumna -con la humillación que ello conlleva-, todas proclaman que es la suya para proteger a su verdadera propietaria. La escena termina con la chica cuya vagina aparece en la foto y la amiga que la había traicionado cogiéndose las manos, un pequeño detalle que redondea lo ocurrido.

    Otro momento clave en donde la serie se centra directamente en temas feministas es el capítulo del aborto. Cuando Maeve se entera de que está embarazada, hace gala de su espíritu independiente y acude sola a la clínica. Aunque la trama transcurre en un único episodio, vemos cómo pasa por diferentes etapas y que, a pesar de tenerlo muy claro, también tiene momentos de vulnerabilidad. A su lado está Sarah, la mujer de mediana edad que ya ha pasado por esa experiencia y que protagoniza uno de los momentos más emotivos: cuando las tres pacientes se cogen de las manos antes de pasar por la intervención.

    Si bien es cierto que nos hubiese gustado ver algo más de reflexión sobre este tema en capítulos posteriores, Sex Education ha dado un paso adelante al dedicar 50 minutos a un tema tan tabú.

    ¿De qué podría tratar la segunda temporada?

    Es cierto que en tan sólo ocho episodios es difícil abarcar un tema tan extenso como es el sexo. Por esto mismo, hemos reunido algunos temas que podría tratar Sex Education durante su ya confirmada segunda entrega, los mismos que nos ha mencionado Juan Manuel Peris. Uno de los que ha salido a la luz ha sido el de la bisexualidad y la asexualidad. Los primeros, siempre con el estigma de que su existencia no es aceptada ni por homosexuales ni por heterosexuales. Generalizando, los primeros solo creen que se trata de una fase, mientras que para los segundos son aquellas personas un tanto 'viciosas' y promiscuas. En cuanto a la asexualidad, estaría interesante que una serie que precisamente trata sobre sexo explorara la falta de atracción sexual hacia otros.

    Y uno de los temas que menos se ha tocado, tanto en cine como en televisión, es el sexo entre personas discapacitadas, tanto mental como físicamente. Juan Peris menciona que existe en algunos países, como Holanda, Reino Unido o España, con AsistenciaSexual.org, los asistentes sexuales con preparación y formación para dar consejo a personas con diversidad funcional. Un mundo totalmente desconocido. ¿Qué otros temas crees que podría tratar la segunda temporada de Sex Education?

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