Que las mujeres estén bien representadas en el mundo de la ficción es un camino largo y lleno de baches, pero del que ya hemos recorrido muchos kilómetros. Quizás aún estamos lejos de conseguir la meta de la igualdad plena y llegará el día en que no haya necesidad de abrir este debate, pero, por el momento, sigue siendo importante hablar de las mujeres creadoras y de la falta de espacio para contar historias desde una perspectiva femenina.
En la edición de los Emmy en 2020, había un 86% de hombres nominados en dirección, un 80% en edición, un 72% en guion y un 61% en producción. En total, 65% de representación masculina frente al 35% de la femenina, según un estudio de José Gabrie Navarro que puedes consultar en Statista. Si hablamos de los Oscar, el panorama es igual de desolador. En 2021, solo un 33% de los miembros de la Academia eran mujeres. Eso sí, el número mejora frente al 2015, cuando solo había un 25%.
En definitiva, que, como se suele decir, hay mucho trabajo por hacer. Afortunadamente, en ese mar de trajes negros y corbatas suelen asomar cabezas de mujeres que logran hacernos llegar proyectos muy interesantes. Aquí recopilamos 4 series -podrían ser muchas más- creadas por mujeres que dejan huella.
PEPPER ANN
La primera serie de dibujos animados vio la luz en 1948. Desde entonces, las ficciones han tenido conejos parlantes, ratones con falda, perros que pasean perros, pero ninguna chica protagonista hasta 1997. Tuvieron que pasar casi 50 años para que hubiese una serie de animación con una joven liderando la trama y, además, con una creadora detrás. Fue gracias a Sue Rose, la primera que se puso al frente de un proyecto de este tipo. Y triunfó. Creó a Pepper Ann, un referente -poco valorado- con el que contaron espectadores de todo el mundo a finales de los 90.
"Es muy guay, vas a ver, muchas reglas va a romper. Tu colega puede ser", decía la canción de la cabecera, "Pepper Ann, nadie puede con ella”. Una chica que es el “no va más”, que vive con sus propias normas y que hace siempre lo que quiere sin importar lo que opinen los demás. Vive junto a su madre -no hay ni rastro del padre- y su hermana, que bien podría encajar como un personaje ‘no binario’. Todos grandes referentes femeninos.
En sus 65 episodios -113 segmentos en total, pues cada capítulo estaba dividido en pequeñas historias- nos enseñó a romper los estereotipos de género, mostró cómo era una amistad real sin toxicidades -y entre chicos y chicas- y nos descubrió que no está nada mal eso de hablar con una misma para entenderse mejor. Pepper Ann posiblemente sea la serie más importante de nuestra generación y la menos valorada.
THE OA
The OA llegó por sorpresa y nos puso a bailar. Lo hizo el que menos y lo hizo el que más. Al que se le puso una sonrisa en la cara con la escena en la cafetería, al que lo vivió con un nudo en el estómago y quien no pudo clasificar sus sentimientos. Porque si algo hay que reconocerle a The OA es que es una serie que te hace sentir, aún estando a años luz de lo terrenal. Su autora es Brit Marling, una actriz, cineasta y guionista estadounidense cuyos proyectos más personales, los que ha conducido ella misma, han resultado ser los mayores éxitos de su carrera artística. Uno de ellos es sin duda The OA -estrenada por sorpresa en Netflix en 2016-, creada por Marling junto a Zal Batmanglij y que misma protagonizaba en la piel de una joven ciega que reaparecía tras haber pasado siete años secuestrada.
Con una fuerte representación femenina y un guion que va absolutamente en otra línea a la de las series a las que solemos referirnos cuando hablamos de ficciones empoderadoras, The OA está enmarcada dentro del género de suspense y ciencia ficción y supone un completo rompecabezas que te hace pensar. En su centro, una mujer que se convierte en la guía espiritual de un grupo de cinco personas que han tenido experiencias cercanas a la muerte y que han sido secuestradas por un científico para sus experimentos en esa materia. Sin embargo, lejos de una historia de ciencia ficción clásica, en The OA hay un mayor énfasis en el poder de las emociones, la inteligencia emocional y la empatía. Y eso es lo que la hace tan especial.
En este sentido, Marling, que es absolutamente maravillosa, hacía una reflexión de lo más interesante sobre lo que queremos ver cuándo pedimos "personajes femeninos protagonistas fuertes" en pantalla en un artículo de su puño y letra para New York Times: "Cuanto más actuaba como la protagonista femenina fuerte, más me daba cuenta de la estrecha especificidad de las fortalezas de los personajes: destreza física, ambición lineal, racionalidad enfocada. Modalidades masculinas de poder... No quiero ser la chica muerta, o la esposa de Dave. Pero tampoco quiero ser una protagonista femenina fuerte si mi poder se define en gran medida por la violencia y la dominación, la conquista y la colonización".
LA VIDA SEXUAL DE LAS UNIVERSITARIAS
Mindy Kaling es conocida por su papel de Kelly Kapoor en The Office y por la serie The Mindy Project, que estuvo en emisión en Fox -y posteriormente en Hulu- durante seis temporadas. Lo que no todo el mundo conoce es que Kaling es una de las mejores guionistas de la televisión norteamericana y que lleva muchos años haciéndonos reír con sus series.
The Mindy Project, Yo nunca, La vida sexual de las universitarias, la miniserie que adapta Cuatro bodas y un funeral... En todos los proyectos de Kaling hay varias cosas en común. En primer lugar, que siempre hay una mujer liderando la trama. En segundo, que sabe representar muy bien los problemas que atañen a cada una de las generaciones que representa. Por ejemplo, las adolescentes en Yo, nunca o las veinteañeras de La vida sexual de las universitarias. Ésta serie es su último proyecto y el que le está otorgando el reconocimiento internacional que se merece. La vida sexual de las universitarias se centra en cuatro chicas que acaban de llegar a la universidad. Kimberly, Bela, Leighton y Whitney no se conocen, pero todas tienen las mismas ganas de pasárselo en grande y alcanzar su independencia.
Por encima de eso, Kaling hace que nos riamos de nuestros propios problemas con diálogos sarcásticos y mucha guasa. Al fin y al cabo se ha curtido en la mejor de las escuelas: The Office. La actriz no solo interpretaba a la genial Kelly Kapoor, sino que está detrás del guion de una veintena de episodios. Entre ellos, varios de los premios Dundies y el estupendo episodio de la boda de Jim y Pam.
MAKING A MURDERER
Moira Demos y Laura Ricciardi consiguieron mucho más que hacer un documental que arrasó en Netflix a lo largo y ancho del mundo como si de un Narcos o un Sense8 se tratase. Queremos reinvindicarlas porque, aunque una docuserie probablemente no estaría entre las primeras que recuerdas al pensar en la por suerte cada vez más larga lista de maravillosas producciones televisivas conducidas por mujeres, Making A Murderer es lo suficientemente importante en la industria como para dejarla en un segundo plano o hablar de ella únicamente en el contexto de 'true crime'.
Moira Demos y Laura Ricciardi se dieron cuenta de que su serie documental sobre Steven Avery se había convertido en fenómeno cuando el propio Alec Baldwin llamó a una de ellas para felicitarlas por su trabajo y asegurarles que estaba completamente enganchado. No era el único, puesto que desde que vio la luz a finales de 2015, Making A Murderer había estado siendo 'bingwatcheada' en masa en millones de hogares en todo el mundo. Sin embargo, para Moira y Laura, el objeto de aquel fenómeno era el proyecto en el que habían estado trabajando durante más de 10 años, que comenzó en 2005 al poco de graduarse y con el que querían poner sobre la mesa el debate sobre el sistema criminal de justicia estadounidense. Lo consiguieron.
Las cineastas y documentalistas nunca imaginaron que el fruto de su trabajo acabaría en Netflix. Ni siquiera sabían, según han reconocido, si serían capaces de encontrarle un hogar. Pero lo que consiguieron trasciende a las buenas críticas. Moira y Laura provocaron una reacción en el público y le devolvieron a Steven Avery el concepto de la duda razonable que se le había arrebatado, consiguieron que volviera hablarse de su caso y le direron un buen empujón al género que acabaría siemdo clave para la buena salud de la que goza en la actualidad.
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