Ajuste de cuentas

A base de películas de todo tipo de género el director John Irvin ha intentado, desde comienzos de los ochenta, el tener una voz personal tras la cámara sin conseguirlo enteramente. Salvo excepciones horribles, sus películas más o menos resultan convincentes. Ajustes de cuentas es una de ellas, sobre todo porque como thriller resulta entretenido y mantiene el interés durante su metraje, aunque su propuesta no vaya mucho más allá. Quizá no sea poco. Como trabajo visual, mira hacia el género negro tomando sus elementos, adaptándolos al momento y a la narración pero sin considerar la posibilidad de hacer algo diferente. Es decir, Irvin se contenta con sacarle partido a lo ya trazado anteriormente con profesionalidad y apoyándose en un buen reparto que saca hacia delante la película. No hay nada en ella que quede en el recuerdo, pero mientras se ve uno no tiene la sensación de estar ante un