Crítica de SensaCine.com para 27 vestidos: Sentido del ritual

Este filme parece construido únicamente con la intención de ilustrar el miedo a "quedarse para vestir santos". Jane (Katherine Heigl) ha sido dama de honor y organizadora de bodas 27 veces. Ella sueña con el marido ideal, encarnado por su jefe George (Edward Burns), un brillante hombre de negocios totalmente indiferente a su devoción. Los planes de Jane empiezan a torcerse cuando su hermana Tess (Malin Åkerman) aparece y, rápidamente, llama la atención de George y se va a vivir con él. Esto creará una terrible rivalidad entre ellas que se volverá cada vez más intensa y mezquina.

Como suele suceder en este tipo de comedias románticas, adivinamos enseguida el desenlace. Antes incluso de que la propia Jane se dé cuenta, el público ya sabe que su verdadera media naranja es Kevin (James Marsden), un hombre sencillo y agradable. Escrita por Aline Brosh KcKenna (‘El diablo viste de Prada') y dirigida por Anne Fletcher (‘La proposición'), ‘27 vestidos' es, del primer al último plano, una de esas películas totalmente calculadas y diseñadas para ser consumidas por un público femenino, donde la previsibilidad ritual se supone que debe ser parte del disfrute.

A favor: La interpretación del tema de Elton John "Benny and the Jets" llevada a cabo por Heigl en un momento de extrema ebriedad.

En contra: El ridículo remate final diseñado solo para mostrar los 27 vestidos del título.