Coches y mujeres
por Rodolfo SánchezEn 1975, Paul Bartel dirigió 'La carrera de la muerte' del año 2000, una película de serie B con David Carradine y un joven Sylvester Stallone que, años después, en 2008, el infame Paul W. S. Anderson dirige 'Death Race: la carrera de la muerte'. Aquella era una mala película que hoy puede verse con esa patina de nostalgia y condescendencia que por lo general se utiliza con tales productos. La película de Anderson, en cambio, aunque intenta parecer un producto de serie B no lo es: es más bien una producción cara que intenta parecer mucho más barata de lo que en realidad es (porque eso, se supone, otorga a la película de un halo especial). Y es, ante todo, una película de Jason Statham, de coches, de mujeres, y de un espíritu "macho" que, por acumulación de títulos similares, comienzan a confundirse.
Es posible que 'Death Race: la carrera de la muerte' sea la mejor película de Anderson, aunque tampoco es mucho decir a tenor de la sucesión de títulos infectos que conforman su filmografía. Una acumulación de acción, conversaciones sin mucho sentido y un ritmo trepidante que ayuda a que la película se consume con rapidez, tanto como veloces circulan sus coches.
A favor: Su duración, es de agradecer que no llegue ni a hora y media.
En contra: Que Anderson es un director muy impersonal trabajando un material demasiado manido.