Los últimos días del mundo

Los hermanos Larrieu, junto a otros nombres como Alain Guiraudie, forman parte de esa corriente que, desde el sur del país, ejerce sin complejos un cine francés alejado de la gravedad característica de los cineastas de la capital. Sus películas reivindican la libertad sexual por encima de costumbres y convencionalismos, y esta adaptación de un libro de Dominique Noguez no es una excepción a pesar de adentrarse en un terreno poco habitual en la tradición francesa como es el cine de catástrofes. Mientras el mundo llega a su fin, el protagonista (Matthieu Amalric, seductor como siempre) sale en búsqueda de la mujer de belleza andrógina de quien se ha enamorado. Así se inicia una road-movie por ambos lados de los Pirineos en que este náufrago sigue el camino de su pulsión sexual en medio de escenarios insólitos como unos sanfermines apocalípticos, unas montañas esculpidas con cierta retirada