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    Psicosis
    Críticas
    5,0
    Obra maestra
    Psicosis

    Cuando Edipo se hizo psicópata

    por Diana Albizu

    Puede que uno de los motivos por los que 'Psicosis' sigue siendo una de las películas más fascinantes de Alfred Hitchcock sea por la humildad de su gestación. Con Paramount enfurruñada y sin querer producirle la película, adaptación de una novela barata y sensacionalista del escritor pulp Robert Bloch, el cineasta puso él mismo el dinero (a través de su productora Shamley Productions) y filmó con un equipo de televisión y en blanco y negro en los estudios Universal. Janet Leigh y Anthony Perkins cobraron notablemente por debajo de su caché. Era una película urgente y rápida, 'low cost', sin muchas florituras, que, gracias a su carrusel de ideas de puesta en escena, iluminación, narración y montaje, terminó por convertirse en uno de los títulos más influyentes del cine posterior.

    La famosa escena de la ducha sigue siendo el mayor icono no sólo de la película, sino de toda la filmografía hitchcockiana. Pero hay muchas más grandes escenas. Personalmente, mi favorita es el trayecto en coche de Leigh después de robar el dinero y haberse cruzado con su jefe en la calle. El blanco y negro, Bernard Herrmann haciendo historia y la actriz conduciendo sobre una transparencia nocturna 'american gothic' hasta llegar al Bates Motel. Unos pocos minutos de puro goce estético, con sólo un leve susurro narrativo, como antecedente a la tensión del horror.

    A favor: Un clásico con mayúsculas de la historia del cine, propiciado por el ímpetu resolutivo de la autoproducción de bajo presupuesto.

    En contra: No poder disfrutar de las dos grandes sorpresas de la película (el punto de inflexión homicida y la revelación final) con la mente virgen.

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