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    Damiselas en apuros
    Críticas
    4,5
    Imprescindible
    Damiselas en apuros

    "Asistencia a la juventud" o "La chica que inventó el baile de la Sambola"

    por Beatriz Martínez

    Damiselas en apuros termina con un baile y un número musical que es un homenaje a una película que Fred Astaire de la que precisamente toma su título original, A Damsel in Distress (1937). El baile lo ha inventado la protagonista, Violet (una Greta Gerwig a la que no se puede dejar de mirar), porque cree en el poder curativo de la música en las personas con problemas. En cuanto al número, no es más que una constatación de lo que nos temíamos desde el principio: que la película se rima en clave musical y que en realidad es un encubierto homenaje al género trasmutado en comedia estudiantil de jovencitas inadaptadas que intentan poner orden en su pequeño mundo.

    El director Whit Stillman regresa detrás de la cámara trece años después de estrenarse su anterior película, The Last Days of Disco (1998). Una década sin dirigir que no ha hecho mella en un estilo que, lejos de acartonarse, se muestra ahora más vital y fresco que nunca.

    Damiselas en apuros tiene aroma de fábula, de comedia de enredo y de folletín. De muchas otras cosas, porque las ideas se amontonan de forma anárquica. Su aspecto es irreal, como si ocurriera en un espacio temporal indefinido, suspendido; su ironía es notoria cuando se refiere al universo estudiantil, lleno de inadaptados y de personas con problemas que sueñan con cambiar el mundo; y también están los enredos amorosos, el "me-gustas" con algún impedimento de por medio, los líos de parejas, los sentimientos difusos y volátiles, la inconsistencia del amor, del miedo a sufrir.

    Stillman disecciona a sus personajes con cariño y nos ofrece la oportunidad de deleitarnos con detalles narrativos muy simples que consiguen conmovernos de la misma manera que al personaje de Violet le inspira el olor de un jabón de un hotel barato. Los personajes se encuentran perfectamente perfilados, y el trabajo con los diálogos es sencillamente impresionante, dinámico, inspirado y modulado a los ritmos internos del relato: "Me gustan los clichés porque siempre hay en ellos algo de verdad"; "En mi opinión hay que evitar a los hombres apuestos, porque se creen superiores"; "Las fiebres del baile intensifican y elevan la experiencia humana".

    Es cierto que el retrato coral de este grupo de inadaptados sociales puede parecer ingenuo, pero en realidad hay una ácida mirada a todo el universo universitario trazado de una manera muy sutil, con unos personajes tan sumergidos en sus propias obsesiones como frágiles y necesitados de atención. Una película-milagro, que supone un descubrimiento constante y que nos devuelve a un director que todavía no ha agotado, ni mucho menos, su inspiración creadora, sino que la parece estar más en forma que nunca.

    A favor: Greta Gerwig. Los diálogos. La interacción entre los personajes. Su aliento musical. La Sambola.

    En contra: Que pase desapercibida cuando es una auténtica joya escondida en la cartelera.

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