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    Un buen partido
    Críticas
    1,0
    Muy mala
    Un buen partido

    No quiero ser como beckham

    por Violeta Kovacsics

    "Yo quiero jugar como Beckham", le dice un niño a su padre. Estamos en el año 2012 y si bien es cierto que el ex jugador del Manchester United y del Real Madrid debe haberse ganado los corazones de los hinchas del Los Angeles Galaxy, la frase no deja de poner en evidencia el vínculo que Un buen partido (Playing For Keeps) establece con el fútbol: alejado de la realidad (aquí los ídolos no son Cristiano Ronaldo, Messi o Rooney, sino el desfasados Beckham) y pasado por el filtro del cuento deportivo made in Hollywood. No hay sorpresas en este relato sobre un jugador retirado que se instala en la misma ciudad que su mujer y su hijo en un intento de recuperarlos: una trama previsible, un relato de superación y un catálogo de grandes nombres, desde Catherine Z. Jones a Dennis Quaid (si alguno de ellos está bien, el doblaje no parece hacerles justicia)... Y un padre que llama a su hijo "campeón".

    "Es el último partido de la temporada", dice el entrenador a sus jugadores. Y suerte que lo dice, porque si no fuera por esa frase, no sabríamos que el equipo del niño está ante una suerte de final. 'Un buen partido' prescinde por completo de la narración a través de las imágenes. Todo pasa por el diálogo, pues la realización es más propia de una película de sobremesa que del ejercicio cinematográfico. Cuando al final del filme el protagonista se prepara para trasladarse a otra ciudad, el plano es general, con la casa vacía, como si el personaje fuese a sentir algún tipo de nostalgia de una casa en la que, en ningún momento, ha convertido en su hogar. 'Un buen partido' no hace ningún esfuerzo por entender los motivos de un deporte como el fútbol, ni por narrar un buen cuento.

    A favor: Que en algún momento aparece un balón.

    En contra: Butler, su sentimentalismo, su simplismo y todo lo demás.

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