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    Promoción fantasma
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Promoción fantasma

    Nostalgia para teenagers

    por Beatriz Martínez

    El cine español parece haber iniciado una corriente bastante fructífera en los últimos tiempos que no había sido convenientemente explotada y que sin duda tiene un potencial comercial indiscutible: la parodia de géneros populares en su versión teenager. No hace falta realizar un estudio de mercado para darse cuenta de que es una franja de edad a conquistar en las pantallas españolas, sobre todo después del éxito de películas como 'Tres metros sobre el cielo' (Fernando González Molina, 2010) o 'Mentiras y gordas' (Alfonso Albacete y David Menkes, 2009). El proceso parece haber sido el mismo ocurrido en Estados Unidos con la Nueva Comedia Americana pero en versión low cost: tomar actores que funcionen en series y programas de televisión y trasladar sus personalidades allí generadas a la gran pantalla. Solo que en América se recluta del 'Saturday Night Live' (y lo llevan haciendo desde los setenta) y aquí de 'Física o química'... Las comparaciones son odiosas, es cierto, pero lo importante es generar contenidos cinematográficos con lo que se tiene y que al menos sean decentes, cosa que no siempre ocurre si tomamos como referencia subproductos como 'Fuga de cerebros', una de las franquicias más taquilleras de los dos últimos años que ha tomado la senda de lo ordinario para ganar adeptos a través de los chistes malos de pedos y tetas. Y es que entre la osadía, el espíritu iconoclasta y el chafardeo soez no siempre hay un límite definido.

    Todo este rodeo no sé si ha sido necesario para reivindicar 'Promoción fantasma', segunda película de Javier Ruiz Caldera tras 'Spanish Movie', uno de los hitos del ready made castizo en el que los materiales de desecho del cine español por fin alcanzaban su verdadera naturaleza miserable. Tras el oportunismo de aquella propuesta, ahora el director regresa con 'Promoción fantasma', una película que demuestra que puede hacerse algo diferente y fresco partiendo de los mismos detritus que solemos denostar por considerarlos ingredientes de baja estofa.

    La película parte de una premisa simpática: un joven profesor (Raúl Arévalo), que desde niño tiene la capacidad de ver fantasmas a su alrededor y que terminará dando clases a una promoción de chicos fallecidos en el incendio de una escuela. Una especie de Haley Joel Osment hispano que iniciará su experiencia extrasensorial en una fiesta de fin de curso ochentera a ritmo del "Total Eclipse of the Heart" de Bonnie Tyler. Así empieza 'Promoción fantasma', una especie de 'Jacuzzi al pasado' en el que se reivindica el revival y la nostalgia como una forma inteligente y sutil de acercarse a las sensibilidades actuales curtidas a ritmo de reggaeton.

    De esta forma nos introducimos en un choque entre pasado y presente con mucho encanto y buenas dosis de humor, todo muy light y nada estridente que quizás tiene su punto más siniestro en la historia de amor entre los ex 'Ángel o demonio' Aura Garrido y Jaime Olías, que interpretan a una adolescente gótica y marginada y un fantasma guaperas que por momentos cruza el límite de lo políticamente incorrecto.

    'Promoción fantasma' parece haber conseguido un equilibrio bastante mesurado entre la grosería (que también la hay) y el humor algo más inteligente (como confirman las presencias de Carlos Areces y Joaquín Reyes), y establecer un puente simbólico entre las generaciones de actores extremadamente jóvenes y con mucho desparpajo frente a la cámara (Garrido, Olías y Andrea Duro, Alex Maruny, Anna Castillo o Javier Bódalo), los jóvenes pero más experimentados (con el siempre correcto Raúl Arévalo a la cabeza y la encantadora Alexandra Jiménez) y los insignes veteranos como es el caso de Luis Varela o Elena Irureta.

    A favor: Su frescura y buen rollo.

    En contra: Que pueda ser denostada por el público adulto cuando precisamente también hace esfuerzos por acercarse a él.

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