Crítica de SensaCine.com para Dogma: Kevin Smith el catequista

Si 'Persiguiendo a Amy' apuntaba un asombroso salto de madurez en la carrera de Kevin Smith, su siguiente película a la más emotiva y profunda de las integrantes de la 'trilogía de Nueva Jersey' intentó enseñar una doble cara en la que las ambiciones narrativas no fueran reñidas con el gusto por el humor escatológico y el trazo grueso. Así, las correrías de los porreros Jay (Jason Mewes) y Bob el Silencioso (el propio Smith) y los amigos del director Ben Affleck y Matt Damon se mezclan con la presencia de intérpretes reputados como Alan Rickman en una sátira excesiva pero confesional de la religión cristiana.

Affleck y Damon interpretan a dos ángeles caídos cuya ascensión al cielo debe ser detenida por Linda Fiorentino, enfermera de una clínica abortista de Nueva Jersey que recibe la misión a través de Metatron, la Voz de Dios (Rickman), en la mejor escena de la película. El resto, salvo por hallazgos aislados como el Jesús del Buen Rollo, concentra todos los puntos débiles del cine de Smith, como la preponderancia del diálogo verborreico, la puesta en escena perezosa y la propensión a encadenar sketches humorísticos que se suceden sin sentido orgánico. No obstante, sus arritmias no llegan a empañar una primera visión distraida.

A favor: Las apariciones de Jay y Bob el Silencioso.

En contra: A Smith se le acaba yendo la película de las manos, empezando por la excesiva duración.