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    Aviones: Equipo de rescate
    Críticas
    3,5
    Buena
    Aviones: Equipo de rescate

    La secuela del spin-off consigue independizarse

    por Israel Paredes

    Tras el enorme éxito de Cars y su secuela, la Disney llevó a cabo el spin-off de ambas con Aviones, rodada fuera del ámbito de la Pixar, en DisneyToon Studio, y destinada en un principio a una vida comercial doméstica, a la distribución en DVD. Podría decirse que Aviones no era sino una especie de animación low cost del estudio, pero aprovechando la suerte que corre en la actualidad la animación, la productora estrenó la película en cines con bastante menos fortuna en taquilla y en recepción crítica que Cars. En realidad se trataba de trasladar el mismo modelo al aire, humanizando a los vehículos y trasladando la acción al cielo: una misma idea con nuevos escenarios y aventuras. Pero la película no acababa de funcionar en ninguno de sus aspectos: ni técnica ni narrativamente estaba al nivel de Cars, tampoco proponía nada novedoso y, sobre todo, no poseía personalidad propia.

    Aviones: Equipo de rescate, su secuela, en cambio, sí posee una cierta personalidad que ocasiona que se aleje en gran medida de la primera entrega aunque el modelo del que parte sea muy similar. Conocidos los personajes y superados los traumas que aquejaban a Dusty en Aviones, la continuación nos presenta a un Dusty triunfador en las competiciones aéreas pero que ve su carrera peligrar por un fallo en el motor que puede retirarle de esa vida. Además, hay otro problema: el hangar en el que él y sus compañeros viven puede cerrarse si no renuevan las medidas de seguridad, lo cual conlleva que Dusty deba viajar a entrenarse para convertirse en un avión contraincendios en un paraje natural. Surgen nuevos personajes y situaciones, pero Aviones: Equipo de rescate sigue desarrollando una trama alrededor de temas similares a los que trabajaba en la primera película: el coraje, el sacrificio, la amistad, el trabajo en equipo… virtudes que transmite la película con un tono épico y algo didáctico (no olvidemos que la película va dirigida esencialmente a un público infantil) en cuyo esquematismo no debería, a estas alturas, ni indignar ni molestar en exceso. Emociones humanas trasladadas a máquinas sin una justificación más allá que envolver en unas formas llamativas ciertos mensajes presentes en el cine comercial desde hace ya mucho tiempo. Pero la Disney tiene la suficiente experiencia en estas labores como para conseguir que aviones o coches parlantes acaben presentándose en pantalla como sustitutos de las formas humanas sin demasiado problema.

    Pero si Aviones: Equipo de rescate destaca por encima de su predecesora se debe a que busca su propio camino aunque sin alejarse demasiado de ella. Argumentalmente las cercanías son más que evidentes, mezclando acción, aventura, camarería y algo de humor, pero transmite un intento de ser más independiente con respecto a Cars, crear su propia franquicia. Para ello, se hace evidente un trabajo técnico mucho más complejo que en Aviones, la cual siempre quedará como el spin-off sin gracia de Cars. El 3D resulta espléndido, impactante en muchos momentos (especialmente las secuencias finales del incendio resulta sumamente realistas) y, sobre todo, el formato se justifica con las sensacionales escenas de vuelos. Los responsables, se hace evidente, son conscientes de que la gran baza de la película reside en entregar un productor impactante, y el trabajo en este campo supera sobradamente al argumental. Pero, como decíamos, y aunque no sea justificable de su simplicidad, estamos ante una obra destinada al público infantil, aunque sorprende que, tras los excelentes trabajos de la Pixar en este sentido, creando obras abiertas y disfrutables en diferentes niveles por todo tipo de público, en Aviones: Equipo de rescate se haya optado por un discurso narrativo de este tipo.

    Es posible que para aquellos que busquen en el cine de animación algo más que mero entretenimiento infantil Aviones: Equipo de rescate se quede corta en su propuesta. Pero con ella el estudio ha conseguido solventar el fracaso de su primera entrega y redondear algo más el producto, con un salto cualitativo en su calidad técnica, sobre todo, y dar a sus personajes un poco más de empaque y personalidad.

    Lo mejor: Las secuencias en 3D y la economía narrativa de la que hace gala y gracias a la cual la acción se sucede con un ritmo vertiginoso.

    Lo peor: Que el argumento apenas depara sorpresa y resulta algo simplista.

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