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    American Ultra
    Críticas
    3,5
    Buena
    American Ultra

    Romanticismo superlativo

    por Yago García

    Si todo hubiese ido bien, Max Landis estaría ahora mismo haciendo palmas con las orejas: mientras que Josh Trank, su ex colaborador y ahora enemigo, se ha estrellado por todo lo alto con Cuatro Fantásticos tras lanzarse a los brazos de las franquicias, este escritor de apellido insigne ha estrenado American Ultra: un filme elaborado a partir de una historia original, con dos actores de moda, empeñado en sacarle nuevas puntas a un género tan gastado como el de espionaje… y que, a su vez, se ha dado un morrón en la taquilla estadounidense. A veces, en las guerras de Hollywood no gana nadie, por más que ambos bandos en conflicto posean armas dignas de mención.

    De la misma manera que Cuatro Fantásticos, American Ultra luce méritos nada desdeñables: la película se atreve a jugar por partida doble como relato de acción y como historia romántica entre dos figuras (ese Jesse Eisenberg que sorprende por su vulnerabilidad, esa Kristen Stewart merecedora de todas las reivindicaciones que hagan falta) que se hacen rápido de querer, por recordarnos a los personajes de Richard Linklater en Slacker o a una canción de Dinosaur Jr. Sin embargo, y al igual que en el filme de Trank, el conjunto no liga del todo. Nima Nourizadeh, director de aquel producto de temporada que se llamó Project X, maneja el conjunto con una puesta en escena funcional y sin riesgos, actitud responsable de que la mitad conspirativa y la mitad costumbrista de la historia parezcan tan incompatibles como el agua y el aceite. Uno agradecería más ratos en compañía de esos dos adorables perdedores de pueblo, y menos momentos innecesarios haciendo pasillo en la CIA.

    Cuando la película se decide a superponer sus elementos del todo, el resultado es bueno: Stewart y Eisenberg se adaptan rápido y bien a la dinámica de los karatazos y los tiroteos. Pero la conclusión es que American Ultra contiene en su interior dos películas: una es entrañable, tierna y huele como la camiseta de Otto, el autobusero de Los Simpson, mientras que la otra aparece sometida a esas mismas fórmulas que su guion pretende cuestionar. Mira tú por donde: casi lo mismo que le ocurre a Cuatro Fantásticos.

    A favor: Stewart, Eisenberg y su romance

    En contra: Los momentos de espionaje chuchurrío

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