Cuando María y los demás van a la playa, es el hermano quien pone crema en la espalda de María. El embadurnarse las manos para luego proteger la espalda ajena es un detalle, un gesto aparentemente inocuo. Y, sin embargo, tiene su pequeña carga simbólica. Es un gesto que tiene que ver con estar acompañado. Alguien tiene que ponernos crema en la espalda. No podemos ponérnosla solos. A María, es su hermano (uno de esos “demás” a los que alude el título de la película) quien le unta la espalda de crema; pero, en general, María no se siente acompañada. Más bien, los demás le molestan. Le molesta su padre, que se va a volver a casar, y que ha decidido no tomar partido en la guerra entre su hija y su futura esposa. Le molesta su hermano holgazán, y el otro, que vive lejos y que regresa puntualmente para llevarse todos los méritos. Su entorno insiste en preguntar a María sobre su vida amorosa, y
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