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Les Inrockuptibles
"...su adaptación del cuento de Perrault es un encanto, de una ligereza estimulante y de un candor de cuento de hadas que sitúa al director como digno descendiente de Jacques Demy y Jean Cocteau".
Critikat.com
"Si Flammes teoriza en su tiempo la hermosa cuestión de la fantasía y los vivos y ardientes deseos en 1978, Bella durmiente es un trabajo sobre nuestro tropismo actual con la imagen".
Fotogramas
"Con su tono bienhumorado y sus anacronismos, y lejos de deconstrucciones posmodernas, distancias irónicas y puestas al día rutinarias, demuestra que el hechizo no es más que una sutil, refinadísima predisposición de la mirada."
IMÁGENES DE ACTUALIDAD
"Deliciosa en su vaivén entre siglos (la bella, sus padres y cortesanos quedan en un profundo estado durmiente en 1900 para despertar en 2000), imaginativa en su pacto con la fantasía y la aventura, inventiva en la transfiguración del cuento (con un protagonismo especial del hada antes que del príncipe que deshace el hechizo) y muy bella en su manera de recrear en la campiña bretona el imaginario mundo de Letonia y el bosque de Kentz".
Télérama
"El cineasta sugiere una atracción entre el príncipe y aquel que le protege a través del juego de sutiles miradas. [...] En comparación con Piel de asno, de Jacques Demy, omnipresente referencia que cruza las transgresiones más salvajes, Bella durmiente, límpida, ha sacrificado este amor hacia el desorden. Pero este es un maravilloso secreto".
Cinemania
"Un cuento sin rugosidad ni alardes, sólo pura magia. ¡Y la conga!"
Videodromo
"Vivimos una fantasía recreada desde la inteligencia y el buen gusto."
Cahiers du Cinéma
"Es la primera película de Arrietta desde hace siete años, y en lugar de lamentar su ausencia o la pérdida de una dimensión fascinante y apasionada, [en Bella durmiente] siempre encontramos esa forma de soberanía, una imaginación que se ofrece a ser objeto de reconocimiento como un reino seguro de su encanto y hospitalidad".
Le Monde
"La película encuentra paradójicamente su encanto más inefable en esta falta de participación, esa tendencia a no dramatizar nada, pero sí de volver a tocar de forma divertida temas ya conocidos".