Estados Unidos y Rusia se encuentran en el punto final de la Guerra Fría. En un conflicto aun persistente, un agente llamado Adolf G. Tolkachev jugaba con juego. El diseñador jefe de la Ingeniería por Radio de la Unión Soviética, pese a ser un supuesto miembro del KGB, decidió hacer un movimiento favorable para el enemigo. Tolkachev se propuso mandar todos los documentos posibles a Estados Unidos para facilitar su labor en la guerra. A cambio, la CIA ofreció una inusual recompensa al agente: una serie de regalos para su hijo. Lo que Tolkachev no sospecha es que la Unión Soviética podría estar sospechando sobre la existencia de un topo en sus filas.