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    Hable con ella
    Críticas
    5,0
    Obra maestra
    Hable con ella

    El cine hecho milagro

    por Beatriz Martínez

    El universo de Pedro Almodóvar parecía agotado después de 'Todo sobre mi madre', película que condensaba todo el universo tanto narrativo como estilístico del director manchego después de tantos años de trabajo durante los que logró cimentar a golpe de esfuerzo una de las trayectorias cinematográficas más personales y atrevidas del cine actual, convirtiéndose de paso en todo un icono de la cultura popular española más allá de nuestras fronteras. Sin embargo, ese fue en realidad solo el principio. Tras 'Todo sobre mi madre', el director, en vez de acomodarse en lo que mejor se le daba hacer y más éxito le proporcionaba, inició un sinuoso camino de transformación por caminos cada vez más kamikazes e inesperados, utilizando su inagotable poder fabulador para crear historias que comenzaron a alejarlo de los clichés y en las que no dejó de experimentar con los géneros para convertirse en un auténtico alquimista de la imagen y de las narraciones intrincadas.

    El cine de Almodóvar se hizo definitivamente adulto con 'Hable con ella', quizás su mejor película hasta la fecha. Por primera vez los protagonistas eran hombres, mientras los papeles principales femeninos se limitaban a dos mujeres sumidas en un coma profundo que simbolizaban no solo los deseos de los protagonistas, sino también el dolor de lo que significaba para ellos el amor, la imposibilidad de alcanzar la felicidad y, en definitiva, la brecha que se abría ante una soledad insondable. Benigno (Javier Cámara) y Marco (Darío Grandinetti), son dos hombres que se encuentran por casualidad frente al cuerpo dormido de la voluptuosa Alicia (Leonor Watling). Marco es un hombre de mundo, escritor de guías de viajes; Benigno ha dedicado toda su vida a cuidar a su madre enferma. No tienen nada que ver entre sí, pero ambos terminarán siendo amigos, quizás porque se sienten solos y vulnerables y en el fondo se necesitan el uno al otro.

    El director, por primera vez, prescinde del relato coral que le había caracterizado y se centra en estos dos personajes y en la forma en la que poco a poco se va cimentando su amistad. Sin embargo, uno de los aspectos más sorprendentes de ‘Hable con ella' es quizás la inserción de un fragmento de cine mudo en la parte central del film que sirve a la vez como metáfora y elipsis narrativa a la hora de plasmar en la pantalla el elemento de guion más comprometido de la película: la violación por parte de Benigno de Alicia, que terminará desembocando en el milagro de su curación. Lo abyecto convertido en un acto de generosidad y amor. No es la única ruptura del continuo secuencial que tiene lugar en la película: la apertura y el cierre de la misma vienen punteados por sendas actuaciones de danza a cargo de Pina Bausch, que se convierten en piezas a su vez representativas de las pulsiones emocionales que sufren los personajes. Para quien suscribe, ‘Hable con ella' contiene uno de los instantes más mágicos y reveladores del cine contemporáneo: el instante de la resurrección de Alicia y el descubrimiento por parte de Marco a través de una ventana. Jamás el cine de Almodóvar había logrado alcanzar una intensidad poética tan fuerte, tan desgarradora y al mismo tiempo más purificadora. La banda sonora de Alberto Iglesias, la fotografía de Javier Aguirresarobe y las actuaciones de Grandinetti y Cámara, terminaron por culminar el prodigio de una película irrepetible dentro del cine contemporáneo.

    Lo mejor: Su guion. Digno de estudio y merecedor del Oscar de la Academia de cine de Hollywood.

    Lo peor: Que en su momento fuera una película incomprendida.

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