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    Bowling for Columbine
    Críticas
    2,0
    Pasable
    Bowling for Columbine

    Documental exhibicionista

    por Virginia Montes

    Michael Moore fue poco a poco dando forma a una carrera como documentalista que tuvo su eclosión con Bowling for Columbine. Eclosión que responde, por un lado, a que su forma de concebir el documental tomó forma definitiva en una película que, por otro lado, mostró que el documental podía llegar a la gran masa de espectadores, es decir, que no es, como por general se concibe, un género aburrido. No, Moore mostró que jugando con temas tan importantes como, en este caso, la violencia en Estados Unidos y la circulación legal en muchos estados de armas de fuego entre los ciudadanos, se podía entregar un documental tan "serio" como "entretenido" de ver. Para ello, Moore asume una postura tanto tras la cámara como delante de ella que, dejando de lado su más que evidente narcisismo, le asemejan a una suerte de bufón o maestro de ceremonias en busca de dejar en ridículo a todo y a todos. Así, Bowling for Columbine, documental necesario aunque sobre el mismo tema los hay francamente mejores aunque menos conocidos, se adentra con desparpajo y sin ataduras en un tema de candente actualidad en su momento para hablar sin tapujos sobre el mismo y mostrarlo con sorprendente originalidad. El problema reside en que nos encontramos ante un documental que se anula en sí mismo al caer constantemente en un discurso obvio y sin matices, tendente hacia un populismo que acaba resultando francamente molesto. La manipulación del material, algo común al documental, es evidente, pero peor aún es la utilización del mismo en aras de crear un discurso premeditado: no es Bowling for Columbine un documental que desee llegar a una verdad o a unos hechos concretos, sino que parte de una verdad a la que desea ilustrar, aunque para ello deba ordenar las cosas convenientemente. Este sentimiento manipulador y la presencia constante de un insoportable Moore frente a la cámara, anulan en gran medida una propuesta que, es innegable, se ha ganado su lugar dentro de la historia del documental.

    A favor: Que a pesar de ser un documental fallido no deja indiferente y obliga al posicionamiento ante ella y ante lo que muestra.

    En contra: La presencia de Moore como hilo conductor del documental.

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