La cinta narra la historia de Mikey Saber, una antigua estrella del porno que tras vivir la época dorada y ahora vivir en el absoluto fracaso decide regresa a su ciudad natal de Texas. Sin embargo, sus vecinos no están dispuestos a hacerle la vuelta nada fácil. Nadie le quiere de nuevo cerca. Los habitantes de localidad son personas cuya única forma de salir adelante es hacerse pasar por veteranos de guerra y para vemder objetos militares o bien vender pasar droga a baja escala. Sean Barker ofrece una visión realista del llamado sueño americano, a través de unos personajes que viven de la mentira y el desprecio al otro.
Nos gusta el diablo en bicicleta y con una encantadora sonrisa
por Alejandro G.Calvo
Red Rocket arranca con un hombre desesperado. Sin maleta, ni pertenencias visibles, llega magullado y golpeado a la casa de su ex mujer, en las afueras de Texas, rogándole que por favor le deje descansar unos días en ella. El cielo está encapotado, gris, ahumado por las chimeneas de una fábrica que contrasta con los colores pasteles de algunas de las casas (más o menos) destartaladas; en las televisiones de los hogares, siempre está Donald Trump sermoneando. Tiene un alias, Mikey Saber, porque es actor porno -no para de presumir de sus premios y sus millones de visionados en PornHub- aunque parece que ya nadie quiere contar con él. Su ex mujer, también ex actriz X y escarmentada de los reiterados abandonos de su ex, acaba acept´ndole más por desidia que por pena y, Mikey, se esmera en ganarse su cobijo. Busca trabajo para contribuir en el alquiler -pasando marihuana-, corta el césped...