Últimas opiniones sobre A Real Pain

Dolor difícil de entender

Notable película minimalista e intimista, que nos deja ver solo lo justo y necesario… básicamente porque así es como sus personajes se relacionan: con la emoción siempre en modo ahorro energético. Las interpretaciones son sobresalientes —especialmente Culkin, que consigue decir más con un parpadeo que otros con tres monólogos.

Enmarcada dentro de una reflexión sobre el Holocausto, la historia termina convirtiéndose en una especie de comedia indie sobre cómo convivir con un dolor tan enterrado que ya debería pagar alquiler, y cómo depurarlo sin necesidad de terapia de grupo (aunque no vendría mal).

Es una apuesta que retrata esa frustración crónica de las generaciones modernas, siempre buscando su lugar en el mundo pese a tener todas las comodidades… mientras miran de reojo los auténticos horrores que vivieron nuestros antepasados. A ratos parece insinuar que hoy nos ahogamos en un vaso de agua, pero al mismo tiempo concede que cada época tiene su propio menú de angustias y miserias. Irónico, sí, pero también humano.

La vi sabiendo que era buena y que las actuaciones, sobre todo la de Kieran Culkin, eran espectaculares.

No conocía la trama, y eso hizo que me sorprendiera al ir viendo cómo se desplegaban los personajes.
Culkin está impresionante: espontáneo, energético, como si el papel le hubiese sido escrito en la piel. Lo dijeron críticos, lo dijo el director, y yo lo sentí también.

Y aunque Eisenberg queda un poco opacado por esa energía arrolladora, su personaje tiene una manera interesantísima de vivir las emociones. Esa opacidad no le quita brillo, al contrario: suma al vínculo que se construye entre ambos, que es el corazón de la película.

A Real Pain (2024) - Jesse Eisenberg
Un relato tan bello pero doloroso en su interior...
Este año el humor negro parece haber triunfado con grandes películas llenas de este subgénero, en este caso no hablamos de una gran película, en cuanto a producción se refiere, mas bien estamos ante una película sencilla, la cual no arriesga mucho, pero que sabe tocar temas delicados de una forma maravillosa mientras se camufla entre este humor.
Me encuentro ante una película muy atractiva, un relato muy real sobre la depresión, con un guion genial, escrito para los propios actores, como son Eisenberg y Kieran Culkin, sobre todo para este ultimo, un personaje muy maniático-depresivo y muy Kieran, en su mejor interpretación en la gran pantalla, claro esta no son olvidemos de Roman Roy en Succession. Kieran realiza un ejercicio redonda donde se borda la excelencia.
Cuando se habla de la simpleza nos referimos a esto, una película que aprecia la sencillez, sin grandes actores de renombre, ni planos extravagantes, la obra logra transmitir todo lo que desea además de un uso de la paleta de colores tan vivos que enamoran a primera vista y que pretenden representar un fuerte contraste con lo que están viviendo los personajes y tu mismo.

*Escrito tras su estreno*

Segundo largometraje de Jesse Eisenberg como director en una película con el Holocausto de trasfondo y cómo lo ven las generaciones posteriores descendientes de los supervivientes, y la verdad es que creo que se le nota mucho la influencia de Woody Allen (con el que ha trabajado en un par de ocasiones) sobre todo en la forma de coger la cámara o ciertos diálogos, o incluso en ciertas actitudes de los personajes. Con todo es una película interesante y amena donde priman las actuaciones y las relaciones personales por encima de la trama.

No se entiende la valoración de Sensacine. Es una película absolutamente prescindible que propone un tema insustancial y pésimamente articulado.
Parece directamente dinero para la manipular la opinión pública respecto al genocidio de Gaza. Tal vez desde ese punto de vista se entienda la puntuación de Sensacine totalmente contraria a la de los espectadores.