¿Cuándo acabarán estas modas?
Lo primero que destaca en 'Sirat' es su apuesta por un cine contemplativo, del que me gusta a mí. Planos largos y pausados, tratando de hipnotizar al espectador. Este estilo visual se mezcla con una banda sonora que emite el ambiente de una rave, que puede resultar disonante para los que no estén familiarizados con este mundo, pero que mantiene aún así la estética marcada.
La fotografía es un elemento atractivo. Composición, luz natural y escenarios. Aunque el tratamiento del color es lo que me echa para atrás aquí. La película está ambientada en un entorno árido y desértico, bañado de una luz solar intensa, pues los coloristas optan por una paleta de colores apagados, casi desaturados para lo que podría haberse conseguido teniendo en cuenta el contexto espacial. Resulta completamente cuestionable esta tendencia actual por restar fuerza a los colores. Se podría haber desplegado una personalidad todavía más contundente.
El montaje queda en un segundo plano frente a la potencia irregular visual general. No es malo, pero no se me quedará grabado en la memoria.
La caracterización de personajes es precisa y correcta. Llama la atención sobre todo al público que no está acostumbrado a presenciar esos estilos. El elenco, formado por debutantes en su mayoría, ofrece actuaciones naturales. Aunque no consigo conectar del todo con Sergi López, a pesar de la solidez emocional que transmite. Bruno Núñez acompaña, tampoco me resulta del todo convincente.
La historia no constituye de por sí el mayor atractivo de 'Sirat'. La cinematografía es lo que sostiene el guion, lo que durante gran parte de la proyección da la sensación de ser plano y vacío. Al menos está la estructura, que incluye puntos de inflexión, aún cuando son predecibles, pero conservan por suerte la capacidad mínima de sorprender y aportar dimensión emocional.
No obstante, el principal conflicto -y el mayor-, que surge tras contrastar la propuesta del filme con diversos artículos, textos, comentarios, y otras fuentes sobre el contexto geopolítico real en el que se inspira, es lo que me rompe toda la película, es decir, que la decisión del director de distorsionar los hechos históricos me resulta problemática desde la perspectiva de la fidelidad narrativa. Seré sincero, no tengo ni idea de la historia real de lo que se muestra en la trama, es decir, de lo que se basa. Así que tras haber leído artículos para conocer la fidelidad del filme, me doy cuenta de que Laxe toma licencias creativas propias respecto a los hechos originales. Si no he leído información errónea o falsa, hay una distancia exageradamente grande entre lo que se cuenta en la película y lo que ocurre en la vida real. Cosa que me frustra muchísimo, porque no soporto la infidelidad en el cine. Entiendo ese punto de los que aceptan las adaptaciones con visión personal del guionista/director, pero yo no puedo con eso. Preferiría ver una película fiel aunque me disgustara al máximo, que algo con lo que me siento satisfecho pero que no es así realmente. Aunque eso ya es cuestión de perspectivas personales.
Aun con sus desviaciones respecto a la realidad, la película logra un retrato humano explorando cuestiones como la fragilidad, la humanidad misma, la naturaleza del destino y la aleatoriedad. Todo contado a través de un duro camino de quienes migran en busca de un destino deseado, mostrando los obstáculos tan atroces que se encuentran. Aunque cierto es que por momentos pienso que Laxe utiliza estos elementos más por dar dramatismo que para mostrar una cruda realidad, y eso, me disgusta de cierta manera.
'Sirat' tiene virtudes irregulares, al igual que desaciertos de gran peso. El resultado no desagrada por completo, pero deja con la boca seca, sin saber qué opinar realmente. Puede haber mucho esfuerzo técnico, pero la narrativa es lo que me falla.