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    Sólo para sus ojos
    Críticas
    3,0
    Entretenida
    Sólo para sus ojos

    007 subacuático

    por Nestor Hidalgo

    Con un volantazo que sería recurrente en el resto del devenir de la franquicia, los responsables de la saga Bond decidieron frenar la espiral de acción pulp que había conducido hasta 'Moonraker' (Lewis Gilbert, 1979) virando hacia los orígenes terrenales del personaje creado por Ian Fleming y volviendo a una trama de espionaje encuadrada en la Guerra Fría en vez de caer en fantacientíficas amenazas a escala planetaria. Esa declaración de intenciones queda clara en la propia película (la primera dirigida por John Glen, que repetirá en futuras ocasiones), que simboliza su renuncia a la profusión de gadgets e invenciones tecnológicas haciendo que el icónico Lotus de Bond se autodestruya y tenga que recurrir a un humilde Citroën 2 CV como vehículo en una trepidante persecución automovilística ambientada en la sierra madrileña y filmada en Grecia.

    Pese a dicha voluntad de apostar por un James Bond con los pies más pegados a la tierra, 'Sólo para sus ojos' guarda una llamativa secuencia desarrollada enteramente bajo el agua. No obstante, y como ocurriera en toda la etapa de la saga protagonizada por Roger Moore (esta es su quinta vez como 007), el humor es uno de los elementos más presentes en todo momento, llegando al punto de que las secuencias de acción parecen planificadas más en favor de la construcción de gags (algunos más efectivos que otros) que de la espectacularidad de sus elementos. No es que la apuesta de la serie fílmica por la tontería cómica integrada en el thriller sea algo que echarle en cara, al menos cuando en este caso se hicieron esfuerzos por contenerla (si por contenerla entendemos acabar la película con un sketch parodiando a Margaret Thatcher, claro), pero hace que las pretensiones de crudeza y seriedad argumental parezcan casi más ridículas que los dislates camp de otras entregas.

    A favor: Carole Bouquet permanece como una chica Bond vengativa, casi de espíritu rape and revenge, muy por encima de las de su época.

    En contra: La música funk de Bill Conti como banda sonora llega a hacerse irritante.

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