Una sonrisa como la tuya

El planteamiento de Una sonrisa como la tuya, primer largometraje de Keith Samples, resulta, a priori muy interesante, y la comedia podría haber sido un buen vehículo para desarrollar las ideas que plantea desde la sencillez: las dificultades de un matrimonio por tener un hijo y las innumerables dudas y las situaciones que se crean a partir de ellas. Sin embargo, la derivación hacia un total convencionalismo de la propuesta tira por la borda dichas posibilidades para que Una sonrisa como la tuya acabe siendo una comedia con buenos momentos y competentes actores óptima para todos los públicos y que todo aquello que plantea queda, a la larga, como simple excusa narrativa. Samples es convencional en su trabajo visual pero totalmente efectivo, logrando que Una sonrisa como la tuya sea un producto sencillo de ver y digerir. Y poco más.A favor: Los dos actores, dan consistencia a sus personaje