Crítica de SensaCine.com para Entrenador Carter: Lecciones de vida

Desde tiempo inmemorial, el deporte se utiliza como vehículo para la transmisión de valores positivos como el compañerismo, la salud, la humildad, etc... Si bien es cierto que en estos días el deporte profesional se ha convertido en un cúmulo de egos y lugar para todo tipo de mafias, se sigue manteniendo esta hipocresía. Esto se ha trasladado al cine, donde las películas deportivas siempre han tratado temas bigger than life, historias de superación y de grandeza humana para todo aquel que quiera creerlas. Curiosamente, esto ocurre en los deportes americanos, los más mercantilizados y más pendientes del espectáculo pasajero.

En 'Coach Carter' se trata del baloncesto, en su variante universitaria. Así que siguiendo los tópicos de estas películas, de lo que va la película es de cómo lidiar entre las aspiraciones deportivas de los chavales y sus obligaciones como estudiantes. Que el deporte no se convierta en un obstáculo en su formación vital. El film está basado en la historia real de Ken Carter, un entrenador norteamericano que sacrificó sus resultados deportivos sancionando a sus jugadores que no mejoraran su nivel académico.

En la película todo se cuenta con gran pompa y con muy poco humor. Es una avalancha de valores relacionados con el deporte avasalladora, donde los chicos tienen que darse cuenta de lo importante de la vida y de que su entrenador les lleva por un camino más largo, pero más recto. El profesor es Samuel L. Jackson, que ya había interpretado a un maestro en la mucho más turbia y conflictiva '187', y que en esta ocasión se dedica a dar discursos alimenticios.

A favor: Los amantes del baloncesto le encontrarán atractivo.

En contra: Una película artificial y demasiado aleccionadora.