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Un visitante
4,5
Publicada el 12 de abril de 2020
Personalmente, creo que esta película se merece todos los reconocimientos que le han sido otorgados. Es cierto que distorsionan un poco la imagen de lo que fue Oskar Schindler, romantizándolo un poco, pero a pesar de ello, considero que es fantástica.
El papel interpretado por Liam Neeson es impresionante, deja entrever la evolución del personaje a lo largo de la película, su conflicto moral entre lo que está bien según el Reich y lo que está bien a nivel humano, además de ser un personaje de los más carismáticos que he podido ver en este tipo de películas. Ben Kingsley no se queda atrás y aporta esa dosis de humanidad al empresario alemán que pecaba de egoísmo mientras el personaje de Ralph Fiennes es simplemente magnífico, que a pesar de su carente evolución mostraba la cara de la otra moneda. El final fue predecible ( no quiero quitar con ello la obra de dirección por parte de Spilberg que fue impecable) pero al ser una película histórica, no es problema, sin embargo el clímax de la película, la constante tensión debida a la mezcla de momentos fuertes y tiernos ocasionaron una gran emotividad que es lo que le da sentido a la película.
La maestría de Spielberg supura por cada poro de esta película, todas y cada una de las decisiones han sido un rotundo acierto. Los actores seleccionados buscando reflejar a sus personajes pero sin eclipsarlos con súper estrellas, el talonaje, que filtra la historia de una manera precisa y contundente, sin distracciones. La dinámica acompañada de una espectacular banda sonora, nos hace digerir la película sin sentir que ya sabemos todo de ella y que nos va a aburrir. En resumen, una obra maestra a todas luces y con todos los ingredientes en su justa medida para ser una película antológica.
Hay películas que van más allá del cine, y esta es una de ellas. La lista de Schindler no solo cuenta una historia, sino que se convierte en memoria y en testimonio. Spielberg afronta el Holocausto con una sensibilidad que estremece y, al mismo tiempo, con la claridad necesaria para que su mensaje trascienda generaciones. No es simplemente una narración; es un recordatorio de lo que ocurrió y de lo que nunca debe repetirse.
El blanco y negro potencia cada imagen, devolviéndonos la dureza de una época marcada por el horror. No hay artificios innecesarios: cada plano está al servicio de la verdad histórica. El ritmo, a pesar de lo extenso del metraje, nunca decae porque lo que se cuenta pesa demasiado como para permitir distracciones. El resultado es una experiencia absorbente que se instala en la memoria del espectador.
El trío protagonista brilla con fuerza. Liam Neeson dota a Schindler de una ambigüedad fascinante, un hombre capaz de moverse entre el interés propio y la conciencia moral. Ralph Fiennes encarna con una frialdad inquietante a la monstruosidad del nazismo, y Ben Kingsley aporta humanidad y equilibrio, cerrando un triángulo actoral difícil de olvidar. Las interpretaciones sostienen la grandeza del relato y le dan la carne y hueso que el espectador necesita para comprender la magnitud de lo que presencia.
Es una película dura, sin concesiones, que no busca adornar ni suavizar la tragedia. Su grandeza está en que no ofrece un espectáculo vacío, sino un cine que respeta a las víctimas y que utiliza el arte como vehículo de memoria. Cada escena transmite un peso emocional que va más allá de la pantalla y que conecta directamente con nuestra conciencia.
El mérito de Spielberg no es solo técnico —que lo es, y en grado sobresaliente—, sino ético y humano. Su obra consigue ser a la vez universal y profundamente personal. El legado que deja esta película es inmenso: un testimonio imborrable que convierte el dolor en memoria colectiva y el cine en un acto de justicia.
La lista de Schindler no es simplemente una obra maestra; es una obligación moral para quienes amamos el cine y creemos en su poder como herramienta de memoria. Una película que duele, conmueve y enseña. Y que, sobre todo, nunca se olvida.
Me gusto mucho la música, toda la parte visual sobre todo los colores, pero en algunas partes se me hace un poco latoso el personaje protagonico creo que es mucho más llamativo y se roba la película el personaje del "antagonista" Ralph Fiennes realmente se lucio con su actuación. para mi gusto es una gran película con un gran villano, pero con un protagonista mediocre.
Una gran película que retrata la crudeza del holocausto y la vida de los judíos de Cracovia, pero a la par, una cinta que nos muestra que no todo es blanco y negro, no se reduce las cosas a buenos y a malos y, finalmente, una cinta que nos enseña el valor de la vida humana y de las pequeñas acciones que aunque nos nos lleguemos a dar cuenta, hacen la diferencia.
A veces el amor puede vencer al miedo ,como muchas veces el dinero no tiene comparación alguna con salvar una vida humana , la imagen desgarradora de Liam Nesson llorando desconsolado es sobrecogedora ,la imagen en blanco y negro es una maravilla y con ello consigue darle un toque más de dureza a la película ,sobre todo para resaltar el horror de aquellos tiempos , como puede ser la imagen de la niña con el abrigo rojo ,a más de uno se nos partió el alma en esos Segundos de la película . La narración y la fotografía es de 10 ,obra maestra y de culto en los institutos . 3 horas de agonía y aprendizaje
Una de las mejores películas que he visto. Consigue meterte dentro de la narración desde la primera escena. Posee grandes detalles que no todo el mundo puede ver.