Marc Ribó es el DJ residente de una de las discotecas más icónicas de Ibiza en 1996, cuando la isla se prepara para convertirse en la capital mundial del ocio. Su juventud refleja, a veinticinco años de distancia, la de sus padres en los años 70, antes del trágico accidente del Caravelle de 1972, mostrando una Ibiza tan parecida como distinta que, de algún modo, los vuelve a unir.