Los Simpson: episodios de la temporada 30

Kearney, Jimbo y Dolph retan a Bart a activar la alarma de inciendios. Este se niega cuando se da cuenta de que, en ese preciso instante, Lisa está tocando el saxofón delante de todo el colegio. Sin embargo, Bart no sospecha que decir "no" a un reto es una de las peores cosas que puede hacer un niño. En un intento por conseguir que su popularidad vuelva, el niño comete una temeridad que le lleva a las puertas de la muerte. Cuando Marge, furiosa, le pregunta a su hijo por qué ha tomado esa decisión, Bart afirma que ha visto a Jesús en el Cielo.

Uno de los sueños frustrados de Marge siempre ha sido participar en uno de los realities del momento: The Amazing Place, un concurso en el que las parejas compiten para ganar un millón de dólares. Esta consigue ver su sueño realizado cuando, tras 46 rechazos, entra en el concurso. Sin embargo, las cosas no irán como Marge esperaba.

Los requisitos para entrar en el cielo son, aparentemente, muy estrictos. Con el objetivo de que los habitantes del Paraíso dejen de ser, en su totalidad, unos "pringaos", Dios y San Pedro se sientan a ver la televisión terrestre. A través de relatos de Ned Flanders, Marge o Lisa, dos de los pilares más grandes del cristianismo comienzan a comprender que hay más de una forma de llegar a la vida eterna.

Las historias más terroríficas vuelven a visitar en Springfield: en este caso, sus habitantes se deberán enfrentar a una invasión de una raza alienígena con rasgos comunes a las plantas, un centro en el que los ancianos adquieren un ADN parecido al de los dinosaurios para mantenerse jóvenes, un horrible monstruo que amenaza con acabar con la vida de los Simpsons, y con un trastorno que convierte a Lisa en una persona con personalidad... Múltiple.

Accidentalmente, Homer se estrella con su coche en el despacho del señor Burns. Esto provoca que el millonario más avaricioso de Springfield decida despedir ante esto. Homer, sin embargo, no sufre demasiado. Una empresa de coches automáticos ha abierto un nuevo establecimiento en Springfield y contrata al patriarca de los Simpson. Homer cree que, por fin, ha encontrado el trabajo adecuado, pero puede estar muy equivocado...

Por primera vez, Moe consigue hacer una broma al misterioso sujeto que le llama todas las noches. Este, que es en realidad Bart, decide vengarse del tabernero comprándole una esposa. La mujer consigue hacer unas reformas en el bar, que atraen muchos clientes nuevos, pero Moe no quiere arriesgarse con la joven, sabiendo que cada vez que entrega el corazón, se lo destrozan.

Marge se sumerge en el negocio de los tupper-ware aunque los resultados tardan en llegar. Ante esto, la mujer pide ayuda a su peluquero, quien decide transformarla. De forma inesperada, Marge consigue triunfar, gracias a su nueva apariencia, confundida equívocamente con la de una drag queen. Por otro lado, Lisa trata de alegrar la vida a los ciudadanos de Springfield, haciendo pequeños actos anónimos.

Lisa tiene que hacer un trabajo para el colegio en el que debe escribir una crítica sobre un programa de televisión. Sabiendo su afición a la misma, la joven pide ayuda a su padre quien, con el tiempo, acaba convirtiéndose en un crítico de renombre en la ciudad. Cuando Homer califica el show de Krusty con una nota baja, el payaso decide vengarse, provocando una trifulca entre los dos.

Marge pide a Homer que preste un poco más de atención a Lisa ya que, de los tres, es la hija que más lo necesita. Homer decide ponerse manos a la obra y, de forma involuntaria, acaba convirtiéndose en un héroe para la joven. Esta reciente admiración provoca que la relación entre padre e hija se consolide, dejando apartado a un Bart que busca tener la misma conexión con su madre.