
El pasado mes de diciembre Jordi González se marchó de vacaciones y, desde entonces, los espectadores no le han vuelto a ver en televisión. Lo único que se sabía del presentador era que se encontraba algo enfermo por lo que se había ausentado de D Corazón, programa que presenta junto a Anne Igartiburu. Esto ocurrió a mediados de enero, pero ahora conocemos el motivo real de llevar cinco meses alejado de la pequeña pantalla.
"Después de 15 días de vacaciones, he cogido un trancazo. Estoy con dolor de espalda, dolor en la garganta, fiebre… La semana que viene en teoría estoy allí. Ayer empecé a sentirme fatal… No sé qué me pasó ayer, me puse a llorar, a toser… Suele pasar que cuando estás de vacaciones te pones malito", fueron las razones que dio en D Corazón por su ausencia, sin volver a aparecer. Unas palabras con las que nadie había podido imaginar el delicado estado de salud en el que se ha encontrado.
"He estado a punto de morir", afirma en exclusiva a Semana. "Los médicos llegaron a darme por perdido. Nos dijeron que estaban convencidos de que no salía. Hasta en dos ocasiones dijeron que se avisara a mi familia para que se despidieran de mí", confiesa a la citada revista Jordi González, quien señala que los médicos le han "salvado la vida".

Jordi González desvela que estuvo "tres meses en coma y dos meses en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)". Esto se debe a que en su viaje a Colombia "pilló una bacteria" que le provocó "una bronconeumonía bilateral". "Cuando volaba a Santa Marta, empecé a sentirme mal, muy cansado, con los ojos irritados, me costaba incluso subir escaleras… Yo sabía que algo me ocurría", reconoce, por lo que decidió volver a Medellín (ciudad en la que tiene una segunda residencia).
57 días ingresado, de los cuales 55 en Medellín, no han sido fáciles para el presentador. "Viendo que no sabían de dónde procedía esa infección y yo no solo no mejoraba, sino que cada vez iba a peor con el paso de los días, decidieron que lo mejor era inducirme el coma y tenerme algo más controlado", cuenta Jordi González, quien regresó a España cuando estaba más estable para permanecer dos días ingresado.
Poco a poco fue recuperándose en casa. Tuvo que aprender a hablar con la traqueotomía, que ya está prácticamente cicatrizada, pero también ha tenido que aprender a caminar de nuevo debido a la atrofia muscular provocada por la larga convalecencia. "Tengo que ir poco a poco. De hecho, he ido un par de veces a cenar fuera de casa y me he caído en el restaurante. Al margen de la vergüenza que pasas, es que me puedo romper algo", afirma al medio.
"Durante un tiempo tenía pesadillas todas las noches con lo que me ha ocurrido. Ahora veo mi vida de otra manera. Me han cambiado las prioridades. Me voy a dar prioridad a mí mismo. Voy a ser menos González y más Jordi. Me ha encantado notar el cariño de la gente", sentencia.