El ser humano es algo maravilloso. Bueno, el ser humano, o el ser ibérico, que lo que os vengo a contar ocurrió en nuestro país, y no sé si tiene algo similar en otros países. Supongo que sí, en este tipo de contradicciones y miserias, el ser humano suele ser universal.
En fin, al turrón: en plena crisis del 2008, concretamente dos años más tarde, apareció un programa en La Sexta, Mujeres ricas, un reality show protagonizado por un puñado de mujeres adineradas que mostraban sin pudor, y en ocasiones con cantidades abrumadoras de vergüenza ajena, lo riquísima que eran. Mientras los espectadores a duras penas llegábamos a fin de mes, me incluyo, estuve enganchado a tamaño esperpento, nos deleitábamos con las absurdeces de un grupo de mujeres con demasiado tiempo libre.
Las hermanas Rebeca y Nuria Collado: el dinero como entró, salió
Telecinco
En la primera temporada se encontraban, entre otras mujeres, las hermanas gemelas Rebeca y Nuria Collado, ricas no por sus méritos sino por haberse casado con hombres podridos de dinero. Bien por ellas, también lo digo. Pues bien, como hemos leído, su fortuna provenía de sus maridos. ¿Y qué ocurre en estas ocasiones cuando hay divorcio? Pues que el dinero, tal como entró, salió, y ellas dos que acudieron prestas a uno de estos debates de la televisión privada donde se airean las miserias humanas para regocijo del espectador, y decir que no tenían un duro. Vaya por Dios.
Nuria no estaba tan mal porque en el programa aseguró que tenía suficiente para ir al supermercado. Entre otras lindezas, aseguraba, con gran dolor en su corazón, que había tenido que desprenderse de su Porsche; su casa, valorada en 1.300.000€ y un barco también los tenía a la venta.
"Antes salía por la mañana y me iba a un centro comercial y siempre me compraba un trapito... ahora no voy al centro comercial, no me apetece ni ir", confesó Nuria. "Yo con mi marido me casé sin un duro, y entre los dos hemos creado el patrimonio que tenemos", recordaba.
Mariana Nannis, de ser esposa de un futbolista a una parrilla argentina
La Nacion
La otra que andaba regular de lo suyo es Mariana Nannis, cuya fortuna también provenía de su marido, el futbolista argentino Claudio Caniggia. "Si nunca trabajé fue porque hice el trabajo de estar a su lado. Por algo llegó a dónde llegó. En caso contrario, no hubiese llegado a trabajar ni un año. Estuve toda la vida cuidándolo como si fuese un hijo más", contó a La Nación.
Y no contenta con eso, sentenció: "Yo no estoy separada de mi marido, ni me divorcié, ni nada. Él está con una prostituta, drogadicta, que lo tiene drogado todo el día. Van a ir todos presos, ¿sabés? Van todos presos".
También se divorció -o se separó o como quiera llamarlo- y acabó viviendo en un apartamento pequeño junto a sus hijos, según la prensa argentina. Al parecer, la mujer se negaba a salir a la calle y era mantenida por sus hijos. En fin, la vida. Otros medios aseguran que hay quien la ha visto trabajando en Marbella, en una parrilla argentina. Y digo yo que tan mal no le ha ido, porque ha sustituido a un argentino por otro. Gente con la quien hablar no le va a faltar, será pobre en dinero, pero rica en amistades.