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    El gazapo de esta mítica película de Martin Scorsese que fue arreglado 30 años después
    Randy Meeks
    Randy Meeks
    -Redactor de cine y series
    Juntaletras acomodado, redactor con gato eterno en las piernas, tuitero irredento, millennial orgulloso a su pesar. Respira cine, cree que no hay película mejor que 'El crepúsculo de los dioses' pero en su colección de Blu-Ray no falta 'Super Mario Bros'. La de los 90.

    ¿Has cogido el número de matrícula?

    Martin Scorsese estaba trabajando en El color del dinero (una obra de encargo que es sorprendentemente magnífica) cuando cayó en sus manos una crítica del nuevo libro de Nicholas Pileggi, un reportero de crímenes reales y mafia en Nueva York. Y aunque no tenía ningún interés en hacer otra película de mafiosos para no encasillarse, no pudo resistirse: cuatro años después, estrenaría Uno de los nuestros, quizá su obra maestra más redonda... Y aún así, no exenta de fallos.

    Uno de los nuestros
    Uno de los nuestros
    Fecha de estreno 19 de octubre de 1990 | 2h 25min
    Dirigida por Martin Scorsese
    Con Ray Liotta, Robert De Niro, Joe Pesci
    Medios
    5,0
    Usuarios
    4,5
    Sensacine
    5,0
    Ver en Max

    Matrícula no matriculada

    Uno de los nuestros transcurre en los años 70, y encontrar coches de aquella época debió suponer un pequeño problema para la producción, que decidió tirar por la solución más sencilla para Scorsese: pegar otras matrículas del color correcto encima de las de modelos que existían entonces pero fabricados posteriormente. El problema es que una de ellas... acaba cayéndose en mitad de un plano sin ningún remilgo.

    El error ha debido estar acosando a Scorsese durante años, porque incluso él, que aboga por la preservación del cine original en todas sus formas, ha utilizado el último remaster de la película para cambiar un par de cosas importantes. La primera, claro, la matrícula: ahora, el coche permanece intacto.

    Pero, ya que estaba, ha aprovechado para cambiar otra cosa: el color de la señal que anuncia la calle, que pasa de ser verde a blanco, en consonancia con las que estaban en Nueva York en la época. Vale, nadie se iba a dar cuenta jamás y la película no iba a dejar de ser una obra maestra, pero es bonito ver que un genio aún se preocupa por hacer las cosas así de perfectas. Martin, te queremos.

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