Recuerdo perfectamente la primera vez que vi Mulholland Drive. Era el primer David Lynch que iba a poder ver en cine, y, desde luego, no decepcionó: el Club Silencio, la escena con el mendigo, la caja de Pandora, la realidad y los sueños entremezclados. Salí sin haber entendido absolutamente nada, uniendo los puntos en mi cabeza durante semanas, pero convencido de que era una obra maestra inabarcable. Tanto, que durante meses estuve esperando el DVD para ver los comentarios del director. Por supuesto, no había comentarios. No le pidas a Lynch que explique lo que para él ya es obvio.
Silencio en el club
Es sorprendente lo que hace la evolución personal a una película: lo que en 2001 me pareció un fascinante revoltijo, en su reestreno de 2021 me pareció menos lisérgica, mucho más divertida, igual de fascinante e imposible, captando a la perfección ese momento en el que estás a punto de dormir pero aún no, y la ficción del sueño se mezcla brevemente con la vida real.
Es muy probable que estés absolutamente confundido sobre quién es quién en Mulholland Drive, y para explicar durante horas mi teoría (es absolutamente imposible ser objetivo con esta cinta, no hay una verdad absoluta) ya puedo acompañarme, por suerte, de este gráfico en el que adivinaremos quién es quién en el sueño y en la realidad. Como guía para empezar la película, desde luego, no está mal.
Ahora bien, si quieres indagar hasta el último de sus secretos es posible que te lleve toda una vida de visionados: no en vano Mulholland Drive iba a ser el piloto de una serie de televisión al estilo Twin Peaks que acabó reconvertido en película dejando varias tramas en el aire. ¿O quizá no? La próxima vez que la veas ayúdate de esta tabla y coge papel y boli: lo vas a necesitar.