Normalmente tendemos a creer que 2001: Una odisea del espacio es una película intocable que durante años y años nadie ha tocado como respeto mutuo a Stanley Kubrick y Arthur C. Clarke. Sin embargo, la realidad es muy distinta. No solo tuvo una adaptación de diez cómics Marvel creados por el rey Jack Kirby, sino que a partir de cierto punto se desentiende del original y acaba presentando conceptos que aún siguen en los cómics actuales como el Hombre Máquina. No es de extrañar, pues, que al final alguien decidiera hacer una secuela. Total, puestos a desacralizar...
Odisea como puedas
Todo empezó cuando, en 1982, tras el éxito de la película, Clarke lanzara 2010: Odisea dos, una secuela literaria. Fue entonces cuando descolgó el teléfono para contactar con Kubrick y decirle "Tu trabajo es parar a cualquiera que quiera convertirla en película para que no me enfade". El director no debió hacer mucho caso, porque cuando Peter Hyams se acercó para pedirle su bendición, él respondió "No tengas miedo, haz tu propia película". Bueno, según otras fuentes lo que dijo fue más en la línea de "Haz lo que quieras, no me importa", pero vamos a dejar la frase bonita primero.
Hyams venía de dirigir Capricornio Uno y Atmósfera Cero, y no tenía miedo de hacer su propia cosa. Eso sí, sin dejar de hacer el homenaje debido a su ídolo y a los responsables de que tuviera esta gran oportunidad. Por eso, decidió meter tanto a Kubrick como a Clarke en una escena: están en portada de la revista TIME como los responsables de la guerra entre Estados Unidos y Rusia.
La película no tuvo el éxito esperado y apenas recuperó lo gastado, lo que hizo que las adaptaciones de 2061: Odisea tres y 3001: Odisea final ni siquiera se llegaran a plantear en serio. Bueno, más o menos. Hubo un rumor de que ambas podrían estar dirigidas y protagonizadas por Tom Hanks, pero hace 23 años de aquello, y algo me dice que la cosa, francamente, se convirtieron en una odisea en sí mismas.