El 18 de marzo de 1967, Disneyland estaba a punto de tener una nueva atracción que no se iría jamás del parque: se trataba de un viaje entre piratas del siglo XVII y XVIII y fue la última vez que Walt Disney supervisó una en persona porque, bueno, murió tres meses antes de que abriera. Eso no impidió que se convirtiera en un éxito absoluto. Pero aún no habían visto nada: 35 años después de su apertura, Piratas del Caribe se estrenó en cines y voló en dos la taquilla.
Los Piratas del Caribe son piratas del Caribe
Y si la primera película consiguió recaudar 654 millones, la segunda, que se rodó al mismo tiempo que la tercera, aún subió el nivel superando la barrera de los 1000 millones. El cofre del hombre muerto empezó a prepararse sin un guion definitivo: Gore Verbinski empezó a hacer storyboards sin saber qué escenas iban a quedarse finalmente, la película entró en producción y Disney incluso amenazó con cancelar la producción si no se acababa el libreto a tiempo. Los guionistas acabaron viajando con el equipo e incluyendo las improvisaciones como parte del texto. Y funcionó. Vaya que si funcionó.
Hay un detalle, eso sí, que resulta escabroso pero por el que la película solo pasa por encima. Al principio, cuando Will está buscando a Jack, encuentra un mercader que no sabe dónde está, pero sabe que encontrará un barco en "una isla, al sur de los estrechos donde intercambio especias por... una sabrosa carne de cerdo". Esa isla acaba siendo la de los caníbales. Vaya.
Como curiosidad, en el doblaje español latino y el brasileño sí que dice "Deliciosa carne humana" y en Francia lo traducen como "Delicioso guiso humano". Curiosamente, "Long pork", como dice en versión original, era la manera en la que antaño se referían a la carne humana, así que algo de razón sí tenía el mercader. A la cama no te irás sin aprender un dato sobre el canibalismo más.