Mark Hamill se convirtió en Luke Skywalker gracias, en parte, al mismísimo Freddy Krueger. Como lo oís. Resulta que Robert Englund estaba haciendo el casting para Apocalypse Now cuando, en un momento de descanso, decidió cruzar el pasillo, por curiosidad, donde George Lucas estaba haciendo pruebas a los futuros actores de su Star Wars. Allí fue donde se dio cuenta de que Hamill, su amigo, debería estar entre los candidatos, y se lo contó. Cierto es que, para entonces, su agente ya había preparado el casting, pero la determinación de Englund hizo que se lo preparara incluso mejor. El resto es historia.
Accidente galáctico
En enero de 1977, Mark Hamill estaba en el punto álgido de su carrera hasta ese momento: estrenaba película en mayo y era el protagonista, con opciones, según se hablaba, de hacer secuelas. ¿Qué podía salir mal? Pues, por supuesto, un accidente de coche que pudo haber sido mortal (su coche dio varias vueltas de campana, al fin y al cabo), pero en el que solo se rompió la nariz y pómulo, pero que, en el momento, al despertar en el hospital y verse en el espejo, creyó que era suficiente para alejarle para siempre de la actuación.
Lucir, es cierto, lucía distinto, y en los 70 no había las tácticas regenerativas ni los efectos visuales actuales, así que, a la hora de preparar El imperio contraataca, no quedaba otra que justificar que la cara del héroe ahora luciera mínimamente diferente. De hecho, en las notas iniciales del propio George Lucas escribió "Accidente de Luke al principio (cicatriz en la cara)". En la ficción, este fue el ataque del wampa.
Lucasfilm
De hecho, en el tratamiento de guion escrito en noviembre de 1977, Lucas hablaba de que Luke es golpeado en la cara por "un monstruo de la nieve". Como sabemos, la cicatriz no le impidió continuar en la saga incluso décadas después, siendo actualmente el único de los tres personajes clásicos que continúa haciendo apariciones en las distintas series de la franquicia. Sin duda, la fuerza le acompaña.
