En 'Otra tierra (Another Earth)' abordas la tragedia en el contexto del género fantástico, ¿cómo era de importante para ti la parte más estrictamente sci-fi?
Para mí la parte de ciencia-ficción es sólo el contexto en que se desarrolla la historia que de verdad quiero contar. La parte dramática es el verdadero corazón de la historia, la parte fantástica es básicamente metafórica, la uso para explorar la autocompasión o, mejor dicho, como una manera de que cada uno se plantee qué piensa de sí mismo. Así que la sci-fi no es tan importante, más allá de que ayude a reforzar los aspectos humanos de la película. Pero si desapareciera de la película, la historia seguiría resultando interesante, porque el drama se mantendría.
Tu película plantea muchas preguntas pero no parece dar respuestas …
Por supuesto, ¡las respuestas están todas en mi cabeza! Tenía claro desde un principio que la película debía acabar justo ahí, en ese punto donde las respuestas ya no hacen tanta falta. Yo podría haber hecho una película media hora más larga, tratar de explicar qué significa ese otro planeta, quién lo habita… pero no era necesario. Lo que interesaba era llegar a ese punto de emoción que se alcanza al final de la historia, el resto no es tan importante. De ahí ese corte en negro al cierre, donde dejé unos segundos antes de que entrara la música de los títulos de crédito. Ese es el final de la película, el que ella necesitaba. El resto de la historia debe finalizarlo cada espectador por separado, que cada uno especule sobre qué demonios pasará a partir de ahí.
Mucha gente dice que tu película parece un capítulo de la serie 'Fringe (Al límite) (Fringe)'
¡Me lo dicen sin parar! [risas] La verdad es que nunca he visto esa serie, pero también me dicen que se parece a 'Melancolía (Melancholia)', la nueva película de Lars von Trier. A mí todo esto me da que pensar, como si hubiera cierta preocupación al respecto en el aire, como si el inconsciente colectivo se haya puesto, de repente, a pensar en mundos paralelos y planetas que se acercan. Sé que suena raro, pero parece que muchos artistas están mirando hacia arriba para empezar a plantearse cosas. Como también pasa en la última película de Terrence Malick. Aunque la idea de los dopplegangers ha existido desde siempre…
¿Te cansan que se refieran a ti como el último fenómeno surgido de Sundance? ¿Te molesta que te identifiquen como indie?
No le doy muchas vueltas. A mí lo que me importa es que 'Otra tierra (Another Earth)' es el tipo de película que a mí me gusta ver, sea o no cine independiente, que tampoco tengo muy claro qué significa. A no ser que hablemos de presupuestos, si lo hacemos, sin duda mi película es cine indie. A mí me gustan las películas donde los personajes no se definen por su polaridad, ni son buenos ni malos, ni se decantan por un tipo de acciones o por otras. Me gusta que las decisiones que tomen sean más complejas. Cuando Rhoda se acuesta con John… esa es una decisión jodida. Y eso me interesa, porque creo que la acerca más a la vida real. ¿Es el cine indie más real que el de Hollywood? Probablemente sí.
Tu película tiene una estética muy particular donde se notan mucho las huellas del montaje. Eso da que pensar si estaba planeado así desde un primer momento o si ésta fue cobrando forma en la posproducción.
Está claro que el montaje ha sido clave. A ver, yo vengo de dicho campo, aunque nunca haya estudiado, que siempre he sido autodidacta. Tienes que pensar que una película uno la realiza tres veces: cuando la escribe, cuando la filma y cuando la monta. Son como tres esculturas diferentes que se acaban fundiendo en una final donde tu labor como director es tratar de que sea la mejor posible. Aunque para ser realistas hay que decir que con suerte podrás haber salvado aquellos apuntes que te impulsaron a hacer la película desde un buen principio.
Alejandro G.Calvo
