Hoy arrancamos de manera inesperada: por la Quincena de Realizadores. Y eso que puedo prometer y prometo que había puesto a Dios por testigo de que no volvía a caer en esa trampa mortal para los cronistas festivaleros. Evidentemente esto no siempre ha sido así –al margen de que exagero como todo cronista desnutrido y falto de sueño-, la Quincena, hogar habitual de los cineastas esquivos y a contracorriente, sufrió un duro varapalo hace tres años cuando su director general, Olivier Pére, dejó el cargo para pasar a hacerse cargo del Festival de Locarno. Desde entonces el exquisito gusto que poseía la Quincena –y que complicaba muchísimo los horarios de Cannes- se esfumó en aras de un cine de autor formulario (aburrido) y un gusto por el fantástico menos divertido. Sea como fuere la Quincena cuenta este año con un nuevo director: Édouard Waintrop y ayer se ganó nuestra confianza programando como film inaugural lo nuevo de Michel Gondry, 'The We and The I', justo cuando ya nadie parecía creer que el estilista realizador francés podía volver a ofrecernos algo interesante.
The We and the I
Pues bien, error y de los gordos. 'The We and The I' es el regreso de Gondry a la primera línea tras los sonados fracasos 'The Green Hornet' (la insoportable película escrita y protagonizada por Seth Rogen) y 'L' Epine dans le coeur' (un anodino documental confesional). El film cuenta una historia bien sencilla: es el último día de curso y un grupo de jóvenes toman el autobús para dirigirse a sus casas. En él cada uno representa su rol en el estatus social que impone la adolescencia, desde los matones del fondo del autobús a la guapa de la clase tratando de montar una fiesta, desde el nerd que dibuja cómics en su libreta a los "emos" rascando baladas en la guitarra. Un viaje que bien puede significar un trayecto hacia el fin del mundo o el despertar de la pesadilla de la inocencia y que conjuga el slang directo del Larry Clark de 'Kids' con ese himno a la conciliación teen que era 'El Club de los cinco (The Breakfast Club)', todo ello filtrado por ese laboratorio aislado que resulta el autobús urbano, en la misma onda que aquella obra seminal de Spike Lee llamada 'Get on the Bus (Get on the Bus)'. Gondry acierta cuando se desdibuja, cuando trata de no recordar tanto a sí mismo y deja pie que a toda esa muchachada malcarada, malhablada e hipersensible se exhiba con todas sus glorias y miserias. Afinada perfectamente a los tiempos que corren, 'The We and The I’ es un soplo de aire fresco, naïf y melancólico en un mundo donde las películas cada vez parecen sorprender menos y aburrirnos más.
Ulrich Seidl y los actores de 'Paradies: Liebe'
Regresamos a la Competición Oficial para enfrentarnos con una de nuestras filias más escatológicas: el realizador austríaco Ulrich Seidl, un verdadero terrorista en el campo del documental que en su salto al mundo de la ficción de momento ha basculado entre la perfección necrótica ('Dog days (Hundstage)') y los excesos insalvables ('Import/Export (Import Export)'). Su nueva obra 'Paradies: Liebe' (cuya traducción sería "Paraíso: Amor") vuelve a retratar con saña a un corpúsculo social de su Austria natal, en este caso a las mujeres sesentonas adineradas que viajan a África encamarse con indígenas a cambio de un poco de dinero. Un hecho de por sí execrable (el "turismo sexual", que como todo el mundo sabe no es exclusivo ni de las mujeres ni del continente africano) que bajo la ácida mirada de Seidl se convierte en un viaje a los infiernos (para el espectador). De hecho, sólo por la primera secuencia de la película, donde vemos que el trabajo de la mujer protagonista consiste en entretener a niños discapacitados mentales, ya daba pie para que el respetable se saliera de la sala. Luego, por suerte, la cosa cambia y hasta cierto punto sí logra erigir un retrato acertado de la podredumbre moral de todas esas mujeres a la caza del negro keniata. Una pena que Seidl retuerza la ficción una vez a la rosca se le ha terminado en dibujo, llegando a recrear una orgía que únicamente podría entenderse como una metáfora hiperbólica de todo lo contado antes. Repetición, exceso, agotamiento del espectador. No es una buena combinación.
El equipo italiano de 'Reality (Reality)'
Otro gatillazo competitivo: 'Reality (Reality)' de Matteo Garrone, quién hace cinco años deslumbró en este mismo festival adaptando la novela de Roberto Saviano 'Gomorra', sin duda una de las películas de mafiosos más interesantes de los últimos años, especialmente brillante en su combinación de violencia expeditiva y trasfondo social de carácter neorrealista. Mucho menos interesante resulta el tema a adaptar en esta nueva película y es que 'Reality (Reality)' pretende ser una crítica sarcástica y destructiva de la telebasura en general y del programa Gran Hermano (Grande Fratello en Italia) en particular. De entre lo positivo cabe remarcar que Garrone sea, ahora mismo, el mejor cronista napolitano que existe, capaz de adentrarse en su ciudad retratando con igual de acierto tanto las actitudes y los caracteres de la gente como el espacio físico en que se desarrolla la acción; y es que ese conjunto de calles sucias, casas semiderruidas, mercados decadentes y barrios escherianos, acaban por ser un personaje más de una película que, a medida que avanza, se va desdibujando en su escalada dramática. Así mientras el personaje principal va enloqueciendo por su devoción con el programa de marras, la obra pierde fuelle ante lo manido de la crítica mostrada.
+ Todas las crónicas de Cannes 2012 by Alejandro G. Calvo
Día 1: Wes Anderson abre Cannes con 'Moonrise Kingdom'
Día 2: Jacques Audiard y Marion Cotillard se ahogan con 'Rust and bone'
Día 3: Vuelve el mejor Michel Gondry con 'The we and the I'
Día 4: Conmoción en Cannes por el desnudo de Jessica Chastain en 'Lawless'
Día 5: Michael Haneke y su canto a la vida en 'Amour'
Día 6: Trío de ases: Abbas Kiarostami, Hong Sangsoo y Alain Resnais
Día 7: La reinvención del noir en tiempos de crisis por Andrew Dominik y Brad Pitt
Día 8: De la corrección de Walter Salles ('On the road') a la locura de Leos Carax ('Holy motors')
Música de fondo: Donna Summer
Alejandro G.Calvo
