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    'El diablo viste de Prada': Todos los detalles del rodaje de la película contados por sus protagonistas

    La complicada relación entre Andy Sachs (Anne Hathaway) y su jefa Miranda Priestly (Meryl Streep) llegó a los cines estadounidenses el 30 de junio de 2006. ¡Ya han pasado 10 años!

    1. La indecisión de Meryl Streep

    Meryl Streep se sintió atraída por interpretar el papel de Miranda Priestly desde el momento en el que leyó el guion por primera vez. Entonces, ¿cuál era el inconveniente? Aunque el personaje que iba a interpretar le encantaba, a la actriz no le parecía correcta la cifra que iba a cobrar por realizar su trabajo. "En mi mente la oferta era insuficiente, por no decir insultante, no reflejaba el valor real del proyecto", explica a Variety. "Ahí estaba mi ‘momento de despedida’, pero después doblaron la oferta. Tenía 55 años y acababa de aprender, a una edad bastante tardía, cómo defender mi propio nombre".

    2. La historia se convirtió en una realidad

    El diablo viste de Prada refleja lo díficil que es trabajar dentro del mundo de las revistas moda y, sobre todo, siendo la ayudante de una jefa muy exigente. Emily Blunt no cree que esta complicada relación entre una ayudante y su superior diste mucho de la realidad de cualquiera empresa: "Nunca habría pensado que alguien iba a recordame mi diálogo cada semana de mi vida desde que la película se estrenó", Anne Hathaway y Stanley Tucci opinan igual que su compañera de reparto y han afirmado que "todo el mundo ha tenido una experiencia como esa" y que "toda película brillante es influyente, no importa de qué trate", respectivamente.

    3. El limitado horario de Andy Sachs

    El éxito de la película no refleja las dificultades por las que el equipo tuvo que pasar para poder llevar a cabo el proyecto. Aun cuando la productora había dado luz verde para comenzar el rodaje, el novio de Hathaway por aquel entonces hizo que la grabación fuese un completo infierno. "Los días eran muy largos. Annie siempre estaba muy sensible. Estaba viviendo con un chico que era un delincuente y un estafador. Él no quería que ella trabajase en absoluto, odiaba que trabajase de noche", recuerda el director David Frankel sobre la situación en la que la cinta fue grabada.

    4. Un empujón en la carrera del reparto

    A pesar de que la película no significó un gran avance en la carrera de Meryl Streep, sí lo fue para futuras promesas como Anne Hathaway o Emily Blunt. Para la protagonista de Una princesa por sorpresa este proyecto supuso su presentación ante los espectadores adultos y la alejaba de las clásicas historias para niños. "Soy como una especie de hombre correcto, un observador. Estoy orgullosa de lo que hice. Pero entre los papeles vistosos, es el más silencioso. Creo que lo que la gente vio era compromiso, eso hizo que quisieran ver más", afirma Hathaway. Además, desde el estreno de la película, los productores siempre le recordaban que había trabajado junto a una actriz reconocida a nivel mundial.

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