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    Las 10 muertes del cine que (casi) nadie vio venir

    El fallecimiento de un personaje principal suele ser el momento más importante de la película de turno, pero también, en ciertas ocasiones, su giro más sorprendente.

    Ya sea por su edad avanzada, su estatus de mentor, o su naturaleza inocente, la mayor parte de las veces es fácil intuir qué personaje de cada película va a acabar muriendo. Si eres maestro Jedi en Star Wars vas a ser atravesado por un sable láser, si eres el villano de una película de James Bond vas a ser derrotado de forma ridícula, sí eres un adolescente con las hormonas revolucionadas vas a acabar apuñalado, y si te llamas Sean Bean... pues lo mismo

    Sin embargo, hay casos excepcionales en los que esto no pasa, en los que el guionista decide jugar a lo inesperado, y nos ofrece muertes que nadie podía haberse esperado nunca, y tras las cuales la trama toma un rumbo totalmente inédito. Esto ha ocurrido con bastante asiduidad en el cine de terror, pero incluso el cine más comercial, y más apegado a unos caminos seguros, ha querido desmarcarse de la tradición. Hoy en SensaCine os presentamos las muertes que en su día nadie vio venir, y que hoy en día siguen impactándonos por su riesgo. Por supuesto, SPOILERS a partir de aquí. 

    Casey Becker en Scream. Vigila quién llama (Wes Craven, 1996)

    Desde su propia concepción, Scream tenía una voluntad metacinematográfica más allá de aterrorizar, aunque esto último lo hiciera también de muerte. El proyecto incluso se tituló provisionalmente Scary Movie -sí, como la serie de parodias que luego alumbraría-, y en su afán por dinamitar las reglas del género mientras las comentaba alegremente, colocó a la gran estrella del reparto, Drew Barrymore, en el centro de su cartel promocional... pese a que ésta moría en el minuto 12

    Lauren films

    Casey está sola en casa cuando de repente una persona anónima le llama por teléfono y le propone un siniestro juego: ella deberá contestar correctamente una serie de preguntas sobre películas famosas de terror, y en caso de que falle ocurrirán cosas terribles. La escena resultante sorprendió por su desenlace y la acertada angustia que le imprime el guionista Kevin Williamson -verdadero artífice del fenómeno Scream-, y ha seguido así por muchas veces que viéramos posteriormente la versión con Carmen Electra.

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