Hay muchos motivos para recordar una película: cierta escena que nos puso el corazón en un puño, una interpretación especialmente inspirada, la banda sonora... pero sin duda es el guión la parte que, en sus mejores momentos, con más facilidad deja poso. Sobre todo, si los responsables de éste se han preocupado de llenarlo de diálogos y frases espectaculares que nos maravillen y provoquen que los repitamos, de forma cómplice, con algún amigo/a.
Cuando se trata de frases infinitamente extrañas, ridículas o estúpidas el mecanismo viene siendo el mismo, sólo que las risas que te echas son mayores. Por eso, hoy en SensaCine vamos a recopilar algunas de las más desconcertantes que nos ha dado la historia del cine, ya sea porque son humorísticas de forma involuntaria, se revelan incomprensibles, o sus intentos de construir profundidad sólo pueden merecer nuestro pitorreo. ¡Échale un vistazo a la lista!
"No quiero decepcionarte... pero mis labios de goma son inmunes a tus encantos" (Batman y Robin, 1997)
Empezamos fuerte. El film de Joel Schumacher se erigió desde el comienzo como una de las películas de superhéroes más ruinosas de todos los tiempos, con batallones de fans criticando absolutamente cada aspecto de éste. Lo más curioso es que, hasta que al final tuvo que arrepentirse, Schumacher había conseguido alumbrar exactamente la película que quería: un homenaje a la delirante serie de los 70 protagonizada por el difunto Adam West. De ahí el humor absurdo, los pezones en los trajes, los colores, o escenas como aquélla en la que Hiedra Venenosa (Uma Thurman) besa a Robin (Chris O' Donnell) tratando de envenenarlo, fallando por culpa de los, ejem, labios de plástico que éste lleva puestos para protegerse.