Cuando Crepúsculo: Amanecer - Parte 1, llegó a los cines en 2011 todo parecía indicar que las tres estrellas protagonistas de la saga de fantasía tenían una gran carrera por delante. Es cierto que dos de ellas se han convertido en unas de las apuestas más sólidas que hay ahora mismo en la industria, pero otra se quedó un poco en tierra de nadie.
Robert Pattinson y Kristen Stewart son dos reconocidos talentos de la industria. El primero ha encadenado proyectos muy bien valorados por la crítica, como El Faro, con otros más comerciales que, igualmente, han entusiasmado a los críticos, como The Batman. Al mismo tiempo, la carrera de Kristen Stewart es el ejemplo de cómo crecer con principios y, aunque también cuenta con sus 'blockbusters', es una joya del cine independiente y ahí está la reciente Crímenes del futuro como el mejor ejemplo.
Pero, ¿qué pasa con Taylor Lautner? El tercero en discordia dio vida al hombre lobo que protagonizó los sueños de más de un seguidor. En los últimos años hemos podido verle en algunas comedias de Adam Sandler, como Niños grandes 2, o la serie Cuckoo, que tiene una buena reputación. Lamentablemente, no está al nivel de sus compañeros y podemos señalar una película en concreto como el punto de ruptura.
Sin salida (Abduction) iba a marcar el camino para su carrera como estrella de acción, pero no fue el caso. La película fue destrozada por la crítica y tampoco tuvo mucho apoyo entre los fans. Nadie quiso esconder que se trata de un proyecto fallido y que jugó una mala pasada a su protagonista. Si había dudas sobre su futuro en el cine, este largometraje hizo ver que quizás no estaba preparado para ser un héroe.
En Sin salida, Taylor Lautner da vida a Nathan, un adolescente normal que pasa los días de fiesta en fiesta y está enamorado de su vecina Karen (Lily Collins). Un día, Karen le enseña que ha encontrado una foto suya de bebé en una página de personas desaparecidos. A partir de ese momento, Nathan cuestionará toda su existencia. Antes de descubrir si fue secuestrado de niño, aparecen dos hombres vestidos de negro que eliminan a sus padres y hacen explotar la casa.
Suena emocionante, ¿verdad? Pero poco de esto tiene sentido. La película dirigida por John Singleton está marcada por la acción. El artífice de Los chicos del barrio y A todo gas 2 conoce las reglas de la acción y aquí las maneja con naturalidad. Digamos que el problema no está en las secuencias adrenalíticas, sino en el guion. Si tratas de encontrar algo de credibilidad en la trama central estás perdiendo el tiempo.
Y, ¿cómo le trató la taquilla? La película recaudó unos 82 millones de dólares en todo el mundo frente a un presupuesto de 35 millones que, sinceramente, se queda bastante lejos de lo que suelen cosechar este tipo de largometrajes. En definitiva, un proyecto fallido que pasó factura a su joven protagonista. Después le hemos visto en pocas producciones que valgan la pena.
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