Críticas
2,5
Regular
Uncharted

Franquicia como puedas

por Alejandro G.Calvo

Como todo videojuego de éxito que se precie -y Uncharted: El tesoro de Drake (2007) es una de las sagas recientes más exitosas dentro de la industria- era normal que el juego creado por Naughty Dog para  PlayStation acabara tomando forma en la gran pantalla. Para ello, como suele pasar en estos casos, el proyecto pasó por muchísimas manos -David O’Russell, Shawn Levy, Dan Trachtenberg- y muchísimos actores -Zachary Levy, Chris Hemsworth- hasta acabar con el Uncharted que llega ahora a nuestras pantallas con Ruben Fleischer en la dirección y Tom Holland poniéndose los pantalones de Nathan Drake.

Nace así Sony Playstation Productions con Uncharted como primer intento de conseguir una franquicia de éxito, fusionando los mundos del gaming y del blockbuster cinematográfico en una película que busca convertirse en un En busca del arca perdida (1981) para una nueva generación de espectadores. Una comparativa, más vale avisar ya, que no tiene ni pies ni cabeza, ni en lo cualitativo ni en lo cuantitativo, y de la que más nos vale olvidarnos si el espectador quiere disfrutar mínimamente de esta nueva marca blanca cinematográfica tremendamente prefabricada para encajar en un panorama copado por las películas de superhéroes, la resurrección por la vía nostálgica de películas emblemáticas y nuevas tv movies para plataformas de presupuesto desorbitado y nula marca estética.

Uncharted nace así como un producto de fábrica tan escrupulosamente ensamblado que deja muy poco espacio para la emoción. Dividida en secuencias (de acción) muy marcadas y con un melifluo rigor argumental que busca satisfacer a los conocedores del juego sin tener demasiado en mente a los espectadores de nuevo cuño, la película acaba perdiéndose en una peligrosa zona de nadie a medida que se va desvelando la inconsistencia de las tramas y su excesiva dependencia de esa gran escena de acción que cumpla el baremo de espectacularidad requerida a día de hoy en todo blockbuster que se precie.

Dicho eso, la escena existe: la caída del helicóptero de Nathan Drake es el verdadero punto álgido de la cinta y la única razón de peso para que esta película se recuerde. Si el resto de escenas de acción hubieran estado a la misma altura, bueno, seguiríamos a años luz de encontrarnos delante de un nuevo Indiana Jones, pero sí tendríamos un Fast & Furious sin coches lo suficientemente disfrutón como para caer en la modorra de la acción hueca. Una lástima que eso no acabe de pasar.

El verdadero problema de Uncharted surge entonces de la escasa credibilidad que se le da a la trama tanto de los orígenes del personaje -el misterio del hermano desaparecido- como al relato histórico de poder y ambición del villano de la cinta (al que da vida un Antonio Banderas pasándoselo en grande, una vez más, como secundario de calidad en un film de Hollywood).

Porque si las escenas de acción tienden a la repetición y la hondura dramática no es capaz de dejar huella, al final estamos ante un entretenimiento algo laxo que recuerda demasiada a tantas otras películas que ya soy incapaz de diferenciar unas de otras. Igual es culpa mía, por supuesto. O igual, no. Pero la apuesta por la personalidad en todo tipo de película debería ser un mínimo requerido para cualquier tipo de director.

No es que le esté reclamando a Ruben Fleischer, director de VenomBienvenidos a Zombieland, que sea como Denis Villeneuve, pero sí que no se diluya su nombre es un cúmulo de imágenes que, salvo milagro, acabarán en el cajón digital de los recuerdos más borrosos.

DE QUÉ VA UNCHARTED

Se trata de la adaptación del videojuego del mismo título y es el comienzo de una saga de películs de acción. Descubriremos los detalles de cómo el joven cazarrecompensas Nathan Drake (Tom Holland) llegó conocer a su mentor y amigo Victor Sullivan (Mark Wahlberg). Juntos se embarcarán en una peligrosa búsqueda para dar con el mayor tesoro nunca encontrado y a la vez descubrirán y seguirán el rastro del hermano desaparecido de Nate hace muchos años.

EL DIRECTOR: RUBÉN FLEISCHER

Es un director de cine estadounidense, hijo de un médico de la clínica Mayo, y que se graduó en historia. Es productor y director tanto de cine, como de televsión, videoclips y publicidad, que vive en Los Angeles. Entre sus producciónes más conocidas: Bienvenidos a Zombieland o Venom