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    "Hay dos tipos de personas en prisión: depredadores y presas": Danny Trejo vivió experiencias terribles en el pasado, pero llegó a convertirse en una estrella de Hollywood
    Alicia P. Ferreirós
    Amante de las series y gran aficionada al terror, la ciencia ficción, la crónica negra y el ‘true crime’.

    El actor comenzó en la industria muy tarde, pero ha confesado en sus memorias que comenzó a actuar mucho antes, para sobrevivir a su infancia de abusos y a sus 11 años privado de libertad.

    Nacido en Los Ángeles, California, en 1944, Danny Trejo es uno de esos actores a los que la fama le llegó muy tarde. Sin embargo, al contrario que la mayoría de este grupo, la tardanza no estuvo relacionada con la falta de oportunidades o de papeles que les proporcionaran un notable empujón, sino porque todo lo relacionado con su pasado, por cerca que estuviera geográficamente, no tuvo nada que ver con el glamour de Hollywood.

    Sus primeros papeles fueron pequeñas apariciones como extra a finales de los años 80, cuando ya había cumplido de sobra los 40, pero ahora, a la edad de 78 años es una auténtica estrella que puede presumir con haber trabajado con algunos de los más grandes de la industria y no haber parado ni un segundo. En su ficha en IMDB figuran más de 400 créditos, pero, entre sus trabajos más inolvidables podríamos citar Heat, Desperado y, por supuesto, Machete, así como las series Sons of Anarchy, Abierto hasta el amanecer -habiendo participado también en la película- o algunos episodios de Breaking Bad.

    Machete
    Machete
    Fecha de estreno 1 de octubre de 2010 | 1h 45min
    Dirigida por Robert Rodriguez, Ethan Maniquis
    Con Danny Trejo, Michelle Rodriguez, Jessica Alba
    Medios
    3,3
    Usuarios
    3,1
    Sensacine
    3,5

    Sin embargo, antes de convertirse en una estrella, Trejo tuvo una vida complicada. Cuando era un niño fue maltratado por su padre y en la adolescencia ya era adicto a la heroína. Más tarde, el tráfico de estupefacientes le llevaría a prisión en más de una ocasión, pasando más de una década entre rejas de forma intermitente. El actor no se avergüenza a la hora de hablar de las experiencias que vivió durante aquella época terrible y, de hecho, su tiempo en prisión sería lo que acabaría alejándole por completo de su vida criminal, devolviéndole la sobriedad y llevándole por un nuevo camino que, en última instancia, le acabó introduciendo en la industria del cine. Y, ya de paso, también le ha brindado algunas tablas para sus papeles de malo malísimo

    Sobre su experiencia en prisión Danny Trejo hablaba largo y tendido en sus memorias, Trejo: My Life of Crime, Redemption, and Hollywood, un libro coescrito con su amigo Donal Logue y publicado en el año 2021 en el que hace declaraciones realmente honestas. "Creo que realmente tenía que decir: 'Un momento. El tipo que ves en la pantalla no es la fotografía completa", explicaría sobre la necesidad de contar su historia.

    En ellas explica cómo cuando era pequeño entendía el estrangulamiento como un castigo normal para las travesuras de un niño o cómo a los 8 años comenzó a fumar marihuana para pasarse a la heroína solo unos años después. Y aunque durante sus primeros 40 años de vida no tuvo nada que ver con la interpretación, en el fondo siempre había actuado. Actuar le salvó la vida más de una vez, cuando ni siquiera era un actor.

    Actuar no era nuevo para mí. Había actuado para sobrevivir a mi niñez

    Si su padre su padre le pegaba, actuaba como si no le importara. "¿A quién le importa? Me da igual, no quería ese abrazo de todos modos", recuerda. Y así le dolía menos.

    De igual modo, cuando en los años 60 fue encarcelado en tres prisiones en California, de nuevo se encontró actuando para salir adelante: "Hay dos tipos de personas en prisión: está el depredador y está la presa. Y eso es todo". Así que aprendió a mantener el tipo y se hizo un experto en ello: "Estás parado en el patio de San Quentin [una de las cárceles] y sabes que va a haber un motín. Tienes un cuchillo en el cinturón y le estás rezando a Dios: 'Por favor, no dejes que esto suceda'. Sin embargo, actúas como si no tuvieras miedo. En plan 'Mataré a cualquiera que se me acerque'. Y, sin embargo, tienes un nudo en el estómago que le está rogando a Dios: 'Por favor, enciérranos'".

    Prefiero estar encima de un montón de mierda que en el fondo

    Durante su tiempo en prisión, 11 años, Trejo vio cambiar sus propios instintos, puesto que se dio cuenta de que lidiar con otros presos podía acabar con su muerte. Fue en el año 1968 cuando las cosas comenzaron a cambiar. El punto de inflexión sería su traslado la prisión estatal de Soledad cuando, en el caos de un motín, Trejo golpeó accidentalmente a un guardia en la cabeza y acabó en aislamiento durante tres meses y con la pena de muerte llamando a su puerta.

    "Es como si supiera que todo había terminado. Tengo 24 años y estoy acabado", recuerda haber pensado. "Dije: Dios, si estás ahí, todo irá bien'. Y si no lo estás, estoy jodido". A partir de ese momento comenzó a rezar y a hacerle promesas a Dios que pudo cumplir cuando se retiraron los cargos contra él y salió de la cárcel. Entonces decidió desintoxicarse y dedicar su vida a ayudar a otros adictos, algo que todavía sigue haciendo a día de hoy.

    Y así es como, en 1985, Trejo pisó por primera vez un set de rodaje. El de la película El tren del infierno, donde acudió para asistir a un joven que necesitaba ayuda y acabó siendo rápidamente contratado como extra porque daba perfectamente el perfil. Y así comenzaría su nueva carrera y una filosofía de vida que mantiene hasta día de hoy, convencido de que aprovechará al máximo la oportunidad que se le ha brindado: "No importa dónde empieces. Importa dónde terminas".

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