"Cuando Tom Hardy rechinó los dientes y escupió a su compañero de escena, Armie Hammer le dijo al director que Hardy necesitaba ser Max más que él", escribió Kyle Buchanan en Blood, Sweat & Chrome, el libro que cuenta la "salvaje y real historia" de Mad Max: Furia en la carretera. Buchanan revela que en las fases finales del casting quedaban solo tres nombres- Tom Hardy, Armie Hammer y Jeremy Renner-, pero la entrega de Hardy fue difícil de igualar.
Tras recibir ese regalo de su compañero, Hammer se dio cuenta de que lo de Tom Hardy era diferente a todo lo demás. Y los directores de casting también: "Jeremy y Armie estuvieron los dos maravillosos, pero con Tom había algo en la habitación donde se sentía que era Max, sin ninguna duda. Tenía esa sequedad sequedad emocional reprimida que encontrarías en un post-apocalipsis y, enterrado debajo de eso, desdén por el mundo. Había esta intensidad que quemaba a través de la lente", le cuenta Todd Matthew Grossman, cámara del casting, al autor.
La directora de casting Ronna Kress le preguntó a George Miller si estaba realmente decidido: "Después de que Tom hiciera la audición, George [Miller] y yo fuimos a otra habitación y tuvimos un largo momento de tranquilidad entre nosotros. Entonces le dije a George: '¿Es esta la persona con la que puedes pasar nueve meses en el desierto, contando esta historia? ¿Es esta la persona adecuada para ti?". El director lo dejó claro: "Tuve la misma sensación sobre Tom que tuve cuando Mel Gibson entró por primera vez en la habitación: había una especie de encanto vanguardista. No sabes lo que está pasando en su interior y, sin embargo, son enormemente atractivos".
El escupitajo que salvó a la compañía (o eso queremos pensar)
Ese escupitajo -que no ha sido ni desmentido ni negado por los representantes del actor- fue la salvación de la cinta. La pasión de Tom Hardy le colocó frente a otros actores que, con el paso del tiempo, habrían resultado peor opción. Y, además, demostró que él era el candidato perfecto para una aventura en el desierto.
En primer lugar, unos años después del estreno de la cinta Armie Hammer fue acusado de violación. Esto se supo poco después de que se publicasen conversaciones de marcado tono sexual entre el actor y otra persona en las que había comentarios acerca del canibalismo. Después, varias mujeres le acusaron de abuso sexual. Su matrimonio quedó destrozado y su carrera en el cine prácticamente acabó. Perdió los papeles que tenía en Shotgun Wedding y The Offer, entre otros, y no ha vuelto a trabajar.
Esta premonitoria película de ciencia ficción no ha pasado de moda tras 40 años y tenemos una buena razón por la que ponernos al día con urgenciaEn segundo lugar, porque solo alguien de la talla de Tom Hardy habría aguantado una producción con tantas dificultades como las que pasó Mad Max: Furia en la carretera. Para empezar, la película rondaba la mente del director, George Miller, desde 1987, pero le resultó imposible sacarla adelante por problemas financieros. En 2001 se pusieron en marcha de nuevo, pero se produjeron los ataques del 11 de septiembre y paralizaron de nuevo el rodaje. Diez años después, en 2010 retomaron el proyecto, pero no terminaron sus problemas.
Se enfrentaron a lluvias sin precedentes, cambio de localizaciones, jornadas extenuantes y un rodaje en el que nadie sabía lo que estaba haciendo. Además de eso, Tom Hardy y Charlize Theron, los protagonistas, nunca terminaron de congeniar, en parte por la presión que sentían ante una grabación totalmente descontrolada. No sabemos si Hammer se habría llevado mucho mejor con Theron, pero lo que sí quedó demostrado es que Hardy está hecho de otra pasta.