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    "El modo en que Pedro mira a Jake… Casi no lo soporta, por explícita que es": 'Extraña forma de vida', Pedro Almodóvar y el deseo en un 'western'
    Mariona Borrull
    Mariona Borrull
    -Redactore
    Especialista en películas de estreno y series de actualidad, festivales internacionales y todas las novedades de cine de autor. Disfruta como nadie con la crítica queer, los videojuegos y todo lo que tenga una buena dosis de representación no binaria. (elle/ella)

    Pedro Almodóvar y Ethan Hawke nos explican cómo fue el rodaje del nuevo corto del manchego, la historia de amor y sexo en clave de western con Pedro Pascal.

    “A ningún director se le ha ocurrido que el cowboy se ponga a hacer la cama”, bromea el cineasta, “creo que no lo he visto en ningún western”. En Extraña forma de vida, Ethan Hawke y Pedro Pascal antes van a deshacerla juntos, claro. En el nuevo corto del hijo pródigo del cine español, presentado hace unos días en el Festival de Cannes, Fuera de Competición, ilustra el reencuentro entre dos amantes vaqueros: Pedro Pascal es Silva, cazarecompensas, Ethan Hawke es Jake, alguacil. Veinticinco años atrás tuvieron un affair que a día de hoy parece un sueño.

    Festival de Cannes Día 1: 'Extraña forma de vida' es un wéstern que no se parece a ninguno que hayas visto antes, pero este tiene a Pedro Pascal

    Almodóvar imaginó este encuentro desde el teatro, y siempre desde la mañana de después: “[Al principio] era una pieza teatral, porque avanzaba exclusivamente en base a sus diálogos, mientras los dos se vestían después de una noche loca. Desde el primer momento pensé en que fueran dos hombres maduros y y en el western. Me parecía que tenía más fuerza si sucedía a principios del siglo XX y en un género muy masculinizado, porque a excepción del Johnny Guitar de Nicolas Ray, las mujeres siempre han tenido papeles muy secundarios en el Oeste”.

    Y debía ser un cortometraje, la narrativa lo requería: “Esa intensidad es lo que te permite un formato más pequeño. Puedes ir al fondo de cada plano, de cada primer plano de ellos, de cada mirada. Si cada frase tiene una enorme intensidad, es porque está todo apretado en treinta minutos”.

    Extraña forma de vida
    Extraña forma de vida
    Fecha de estreno 26 de mayo de 2023 | 0h 31min
    Dirigida por Pedro Almodóvar
    Con Pedro Pascal, Ethan Hawke, Manu Ríos
    Medios
    3,5
    Usuarios
    3,0

    Pedro, Ethan, Pedro, y el amor por el teatro

    Pedro Almodóvar es buen amigo de Ethan Hawke desde 2009, cuando lo vio en The Bridge Project, interpretando la primera de las obras del intercambio transoceánico de Sam Mendes y su compañía (Hawke, con Simon Rusell Beale, Sinèad Cusack y Rebecca Hall), la versión de Tom Stoppard de El jardín de los cerezos. Almodóvar no se contiene los elogios: “Siempre me ha gustado como actor. Con la edad, tiene algo clásico en él, a pesar de ser un físico contemporáneo”.

    A Pedro Pascal, “le había visto en un teatro de Broadway haciendo uno de los secundarios importantes del Rey Lear con Glenda Jackson, y después vino al hotel”. Eran la pareja perfecta para el papel: “Ya tenía relación con los dos, entonces les llamé directamente y les mandé el guion de inmediato”. Ethan Hawke aceptó al instante, confesándonos divertido: “Siempre he amado el western, para mí es un happy place. Por eso, cuando abrí la primera página del guion y vi que mi personaje era un sheriff caminando por una ciudad del desierto, inmediatamente acepté”.

    Aunque el actor le da un par de vueltas, admitiendo que “si no hubiera sentido una profunda conexión con el personaje, no hubiera aceptado el papel. Siento una gran simpatía hacia las películas de Pedro. Me encanta la gente que aparece en ellas, su sentido del ethos. (…) Yo sentía que entendía desde mi corazón qué queríamos hacer y por qué”.

    Pedro y yo estábamos muy bien elegidos: ambos nos gustamos, pensamos en actuar de una forma muy similar, los dos queremos a Pedro [Almodóvar]…

    Sobre la química, el deseo y el sexo

    A este Pedro le brillan los ojos al hablar de su reparto: “Hubo algo inmediato. En el momento que empezaron a trabajar, había una química enorme entre los dos y esa química facilitaba mucho las cosas. Cuando la química se da es maravilloso, porque hace que todo sea más fácil y que fluya con mayor mayor intensidad y facilidad. Realmente ha sido un rodaje muy benigno, o lo hubiera sido, si no fuera porque el sol de Almería, en agosto y en medio del desierto de Tavernes, era a ratos absolutamente horroroso”.

    Preguntamos a Almodóvar por la poca centralidad del sexo en el corto. ¿Ha dejado de interesarle? ¿Se siente limitado? “No me he sentido nunca constreñido a no mostrar cosas. No, las he mostrado y, como tal, entonces me he liberado de la necesidad [de mostrarlas]. Hablando del deseo, curiosamente a mí me parece que es más explícito en las películas de los años cuarenta, donde las mujeres miraban a los hombres en un primer plano y está, y lo decían todo, y los hombres también miraban a las mujeres. El deseo estaba en los ojos, y tenían mucha más fuerza que un cuerpo desnudo”.

    Para mí la desnudez llega cuando están vistiéndose y hablando de lo que acaba de ocurrir, con dos reacciones totalmente opuestas

    La escena más memorable del cortometraje y el origen mismo del guion, de hecho, vienen después del sexo: “Para mí la desnudez llega cuando están vistiéndose y hablando de lo que acaba de ocurrir, con dos reacciones totalmente opuestas. Las palabras estaban más desnudas que los cuerpos y nos contaban la historia de un modo mucho más explícito. Si se hubiera lo otro, hubiera sido sólo gimnástico”. Y continúa: “Como opción narrativa me pareció más interesante trabajar a través de las palabras y de las miradas. Por ejemplo, la cena es muy intensa: del modo en que se miran y el modo en que Pedro mira a Jake… Casi no lo soporta, por explícita que es. Así hemos trabajado mejor el resto del cuerpo (pero cubierto). Incluso el hecho de estar vistiéndose y de tener un plano corto de los dos, y ver que están a una distancia de un palmo. Eso es muy sexy también, porque el espectador está pensando que estarán desnudos, pero que aún falta”.

    Festival de Cannes
    Ethan Hawke y Pedro Almodóvar posando ante las cámaras en el Festival de Cannes

    Ethan Hawke pone límites y condiciones

    “Cuando un cineasta viene y me dice que no quiere ensayar, me está diciendo que no le interesa mi trabajo”, espeta Hawke, “y hoy día hay tan pocos directores que quieran ensayar… Muchos creen que parte de la magia se va a perder con un ensayo. Pero la magia no se pierde, sino lo contrario: como hemos trabajado tanto sobre el guion, cuando llegamos al set ya hemos hecho nuestros deberes y podemos relajarnos. Cuando te pones delante de una cámara, toda esta tensión se activa y trabajas de forma muy diferente”.

    El actor define mejor este proceso: “Es como si se te activara una segunda parte del cerebro, con una dinámica totalmente diferente. A mí esa dinámica me gustaba mucho, y me gusta mucho que Pedro sea tan observador. Cuando actúas te das cuenta de si un director reconoce, o no, lo que tratas de conseguir y si llegas ahí, o casi… Es muy agradecido sentir que alguien te está viendo de verdad. Pero esta distancia necesaria sólo aparece si has tenido tiempo suficiente para ensayar. Los directores que no ensayan, cuando llegan al set con todas las luces, el decorado y el atrezzo, se ponen tan nerviosos con la presión misma del rodaje que pierden toda la perspectiva sobre la interpretación”.

    Como fanático del teatro, Pedro Almodóvar es un gran adepto a las revisiones constantes: “Yo editaba lo que grabábamos cada día, de forma que sabía perfectamente qué teníamos y qué necesitábamos, si teníamos que cambiar de ritmo…”.

    Almodóvar se quita la cotilla de los 90 minutos

    La flexibilidad es una de las ventajas del mecenazgo de Saint Laurent, aunque “tengo la impresión, o por lo menos es la que me conviene, de que ahora hay una mayor flexibilidad con respecto a los formatos. Lo mejor de una plataforma es que puedes hacer una película de cincuenta o de sesenta minutos, que se estrena y que la gente ve… Eso pasa porque, sobre todo, está la plataforma para absorberlas”.

    Admite, claro, que ha sido siempre una excepción: “Yo hago las películas según mi propia mentalidad, como ciudadano y como cineasta… En el corto, tengo una sensación de enorme libertad, de cosas que puedo hacer que en un largo no, y no podría porque el largo inevitablemente tiene un mayor compromiso con la realidad. Con el corto no me he sentido así, me he sentido completamente libre, como si estuviera empezando a hacer cine”.

    Con el corto no me he sentido así, me he sentido completamente libre, como si estuviera empezando a hacer cine

    Ethan Hawke, culturista y orfebre interpretativo, se declara muy fan del formato corto, en literatura y en cine: “En el coloquio después de la presentación en Cannes, la moderadora nos preguntó acerca de ese plano detalle de un cajón con ropa interior. En una película o una serie, los planos de inserto se hacen de una forma automática, casi sin pensarlos, mientras que en cualquier obra corta todas las frases cuentan. Como artistas, es un auténtico reto ser sucintos a la hora de comunicarnos y al mismo tiempo dibujar bien a nuestros personajes”.

    Recortar para la excelencia: “Vivimos en una era en la que todo el mundo está tratando de hacerlo todo más largo, mientras que yo llevo toda mi vida tratando de hacer una sola película perfecta. Y si ya es difícil hacer un film de dos horas en el que no sobre ni un solo plano, imagina tratar de hacer una serie de diez o veinte horas, y que valgan todas la pena. ¡Es ridículo! Aquí el reto era todo lo contrario: tratar de hacer algo preciso”.

    El Deseo D.A. S.L.U. photo Iglesias Mas

    El final discreto de ese proyecto con Cate Blanchett y la nueva película de Almodóvar

    Con Cate Blanchett por protagonista, Manual para mujeres de la limpieza iba a ser la primera película de Pedro Almodóvar rodada en inglés. Sin embargo, a finales de año pasado el cineasta anunció que el proyecto finalmente no tiraba adelante (por lo menos, con él como director). Anunciaba la muerte discreta de una película emocionante: “Me creaba muchísima inseguridad porque yo intervengo en los decorados de mis películas y decido sobre todo lo que aparece, desde un vaso a un mueble”.

    “Era una producción de la que acabé dándome cuenta tarde que mucho más grande de lo que yo pensaba. Por eso decidí decir que no”. Antes que trabajar mal, mejor dejarlo: “En la película había demasiadas cosas nuevas, que yo temía que no podía controlar. Rodar en una calle de Auckland de 100 metros y si hubiera tenido que ir, centímetro a centímetro aprobando cada cosa, yo creo que me hubiera vuelto loco. Además, que fuera de época me creaba verdaderas pesadillas. También había que hacer muchas localizaciones y, teniendo problemas de espalda, tampoco era lo ideal”.

    Sin embargo, el cineasta ha insistido que su nueva película sí ocurrirá en Nueva York, donde irá a rodar exteriores a finales de año. Para el proyecto, ya tiene a “dos actrices y un actor secundario fuerte”, cuyos nombres no ha revelado pero sí que sus agendas están muy ocupadas. Esta vez sí cree poder con ello: “El atrezzo es contemporáneo, y también funciona mucho mejor con dos o tres actores”. Pero volvamos: hoy es viernes y estrena Pedro Almodóvar.

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