Después de la desastrosa película de acción real de Super Mario Bros, Nintendo decidió tener cuidado con cada cosa que tuviera su nombre. Quizá por eso se mantuvo treinta años sin hacer nada con sus personajes más allá de videojuegos creados por ellos mismos: ¿Para qué, si meter la pata es más fácil que no hacerlo? Y entonces llegó Illumination, que ha firmado la película más taquillera del año (por ahora) batiendo récords todo el rato y volviendo a hacer sonreír a Shigeru Miyamoto. ¡Ya-hoo!
¡Mamma mia!
Lo mejor de Super Mario Bros: La Película no es que abra el baúl de Nintendo para sacar películas de The legend of Zelda, Kirby o -crucemos los dedos- F-Zero, sino que además lo ha hecho con un cariño demencial y una atención al detalle épica. Por ejemplo, Spike, el antagonista de los hermanos Mario, que es un personaje oscurísimo de la empresa que hacía de malo en Wrecking Crew. O, para muestra, un botón.
Si ponéis muchísima atención, cuando Mario y Luigi bajan al segundo piso podréis ver un pequeño cartel abajo a la izquierda donde dice “Level 1-2”. Este es, si no habéis jugado al videojuego original de NES, el momento en el que dejamos atrás el Reino Champiñón y la vegetación para ver el mundo subterráneo.
Y es que Super Mario Bros: La Película es exactamente todo lo que los fans quisieron ver alguna vez, y se nota que los que la han hecho son conocedores de su universo, sus guiños, sus personajes y sus memes. Una maravilla, vamos. ¿Para cuándo el spin-off de Donkey Kong Country?