Christopher Nolan no da puntada sin hilo. Sus películas están cuidadas al detalle, da igual que traten hechos históricos como la reciente Oppenheimer (2023) o que inventen un universo completamente nuevo como Origen (2010). Su mente es un hervidero de ideas que tienen que estar regidas por una lógica central, aunque la historia se desarrolle dentro de un sueño -de un sueño, de un sueño...-.
El caso es que para Interstellar (2014) quiso seguir las reglas de la Física y para ello contó con el astrofísico Dr. Kip Thorne, alguien que, entre otros méritos, es el ganador del premio Nobel. Lo interesante aquí es que Nolan no seguía las directrices que Thorne le iba contando acerca de los viajes espaciales, sino que Nolan tiraba de imaginación y empujaba al físico a pensar más allá de lo que era común en su campo.
Como todas las películas de ciencia ficción, más que seguir lo que dicen los libros teóricos, Interstellar se basa en todas esas probabilidades y 'peros' que se quedan sin resolver y que nadie se atreve a echar por tierra porque, en realidad, no tienen modo de confirmar que no podría darse en la realidad. Nolan preguntaba a Thorne qué pasaría si entrara en un agujero negro o cuál sería la dilatación del tiempo que equivaldría a 7 años en la Tierra y el físico se buscaba la manera de darle un sentido auténtico.
Llegaron a un punto en común en muchas ocasiones, pero había una barrera "no negociable" ante la que Nolan tuvo que desistir. El cineasta propuso mostrar en la película que era posible viajar más rápido que la luz, algo que es completamente imposible incluso en la teoría. Nadie entendido en la materia podría dar por buena una cinta donde sus personajes violasen esta ley de la Física.
Warner Bros.
La colaboración entre Nolan y Thorne fue muy valiosa para ambos. El director logró sacar adelante una película francamente curiosa para todos los interesados en este tipo de cuestiones y el físico escribió un libro llamado The Science of Interstellar donde argumentaba algunas de las conclusiones a las que había llegado tras las propuestas de Nolan.
Por ejemplo, después de muchas horas de cálculos, descubrió que, si el agujero negro gira increíblemente rápido, es posible que los planetas dentro de su órbita no se desmoronen bajo el peso de su propia existencia. De hecho, recibió tantas críticas por detalles como éste que Thorne lamentó no haber podido sacar el libro antes del estreno de la película para que la gente pudiese indagar mejor en sus descubrimientos.
