El actor y cineasta Clint Eastwood tiene una familia numerosa, ha estado casado en dos ocasiones y tiene ocho hijos con seis mujeres distintas y qué quieres que te diga, yo me he cansado solo de escribirlo. Si es que va a ser al final verdad eso de que es un actor de esos que ya no quedan...
Parte de la prole del intérprete, protagonista de películas tan icónicas como Los Puentes de Madison, El Bueno, el feo y el malo, Gran Torino o Million Dollar Baby, se dedica, o ha intentado hacerlo, a la actuación. Sin embargo, quizás el nombre que más te suene, y también la cara (guiño, guiño, codazo, codazo) sea el de su hijo Scott Eastwood, que ha aparecido en cintas como la propia Gran Torino, Invictus, El viaje más largo o Fast and Furious 8. Aunque mi trabajo favorito de su carrera es el papelón que hizo en el videoclip de Wildest Dreams de mi queridísima Taylor Swift.
No obstante, hoy no toca analizar el trabajo musical de la cantante estadounidense con todos sus recovecos, sino que le ha llegado el turno a una de las hijas de la famosa estrella del firmamento hollywoodiense, Alison Eastwood, que a pesar de que también decidió seguir los pasos de su padre, a diferencia del hijo de Robert De Niro, Raphael, se retiró a los 40 años. Y oye, bien pensado, y no hace tampoco darle muchas vueltas a la cabeza, ¡ni tan mal!
Gtres
Eastwood, que en la actualidad tiene 51 años, estudió interpretación en la Universidad de California, en Santa Bárbara, a pesar de que siendo niña ya había probado con algunos papeles. Sin embargo, no llegó a terminar sus estudios, según afirma la revista People, y a pesar de ello, mientras estuvo en activo, tuvo una carrera bastante fructífera tras estrenar, bajo las directrices de su padre, Medianoche en el jardín del bien y del mal junto al actor John Cusack.
Después de eso estuvo registrando diferentes títulos e incluso en 2007 se animó a probar suerte en la dirección de Rails and Tails, un "film" en el que trabajó con Kevin Bacon y Marcia Gay Harden.
A pesar de ello, a los 40 años Alison Eastwood pudo escoger retirarse de su profesión, centrándose así en su labor solidaria en el refugio animal que ella misma fundó, Eastwood Ranch Foundation, y también en su línea de ropa y complementos, una marca que ya no se encuentra en funcionamiento.
En esas estaba cuando una llamada perturbó su tranquilidad. Fue la del productor Sam Moore, que estaba trabajando con su padre en el largometraje La Mula y la llamaba para informarla de que este quería que fuese ella la que se metiese en el papel de su hija en la película.
Tras esto, como recoge People, la actriz sintió que le daba un vuelco el corazón y de hecho casi vomita, como ella misma confesó, pero su marido la convenció de que aceptase el rol, ya que se trataba de una forma bonita de compartir tiempo con su padre y ambos sabían que si su respuesta era una negativa esta se iba a arrepentir luego. Además, fue una estupenda ocasión para conectar con su juventud, ya que en sus inicios asistía a los rodajes de Clint Eastwood para aprender todo lo posible de este.
