Si os hablamos de Men In Black seguro que en primer lugar pensáis en las tres películas protagonizadas por WIll Smith y Tommy Lee Jones (de MIB: International mejor nos olvidamos), pero lo cierto es que nació de un cómic de tan solo seis números que empezó publicando Malibú Comics y acabó comprando Marvel. Eso sí, la adaptación de Barry Sonnenfeld hizo lo que quiso con el material original... ¡Incluso mezclarlo con franquicias de las que no tenían los derechos!
H'chu apenkee! Chuba!
Y eso que originalmente Men In Black iba a ser una adaptación fidedigna del cómic dirigida por personas como Les Mayfield, John Landis o Quentin Tarantino. Sin embargo, Barry Sonnenfeld pudo armar la película y el reparto a sus anchas. Es más: incluso convenció a Chris O'Donnell, el favorito del estudio, de no aceptar el papel porque él era un mal director y el guion no le convenía. Al final, tanto Will Smith como Tommy Lee Jones acabaron entrando gracias al Rey Midas de Hollywood por aquel entonces, Steven Spielberg, que producía la cinta.
En este panorama de estrellas de Hollywood poco importaba, por tanto, que se tomaran alguna licencia que otra. Por ejemplo, este cruce con Star Wars en el que unos alienígenas aparecen hablando entre sí... ¡En Huttense, el idioma de Jabba el Hutt en el universo Star Wars! De hecho, no es la única referencia a la saga: en el cuartel de los Hombres de Negro, dentro de la lista de alienígenas conocidos, podemos ver... ¡Al mismísimo George Lucas!
La película fue un exitazo de taquilla y tuvo unos efectos visuales que en 1997 eran prácticamente inéditos. Fue tal éxito que enseguida se pusieron a hacer la secuela, que funcionó un poco peor pero aún era exitosa. De hecho, aquella tuvo un problema porque todo el clímax se estaba rodando con la idea de insertarlo en las Torres Gemelas. Terminaron de rodar el 23 de septiembre de 2001 y, como habréis adivinado, lo cambiaron todo para que encajara en la Estatua de la Libertad.
