El término "obra maestra" puede llegar a usarse a la ligera, pero en este caso es la única forma de describir en pocas palabras el filme de fantasía, acción, aventuras y artes marciales que dirigió Ang Lee en el año 2000.
Antes de Hulk, Brokeback Mountain. En terreno vedado y La vida de Pi; Lee llamó la atención del público y la industria cinematográfica de Hollywood con Tigre y dragón. Esta hermosa epopeya wuxia estuvo nominada a 10 premios Oscar, incluidos los de Mejor película y Mejor director. Ganó un total de 4 y, entre ellos, el de Mejor película extranjera.
La historia de Tigre y dragón es una historia ficticia, pero se ambienta durante la época de la Dinastía Qing. Li Mu Bai es un guerrero muy experimentado que deja en herencia a su mejor amigo una espada mágica. Hasta que se haga la entrega, el protagonista pide a Yu Shu Lien, una poderosa guerrera de la que está enamorado, que la custodie. Pese a la seguridad, los enemigos de Li Mu Bai roban la espada.
Tigre y dragón, con secuencias de peleas impresionantes, fue todo un éxito de crítica y también de taquilla. Con un presupuesto de 17 millones de dólares, recaudó más de 213 millones de dólares en todo el mundo. En su reparto encontramos a actores como Michelle Yeoh, Zhang Ziyi y Chow Yun-Fat.
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En 2016, 16 años después del estreno del filme, Netflix hizo una secuela. El resultado fue un desastre. Titulada Crouching Tiger, Hidden Dragon: Sword of Destiny, Woo-Ping Yuen -leyenda de artes marciales- dirigió el filme, que contó con el regreso de Yeoh en su reparto. Donnie Yen también participó en la película.
Lamentablemente, todos estos nombres importantes no impidieron que la película fuese una gran decepción. La secuela, como destacan nuestros compañeros de Movie Pilot, carece de las imágenes poéticas de la original. Tampoco tiene esa bella atmósfera y una trágica historia de amor no correspondido. La película de Lee era muy elegante en todos sus aspectos, pero la secuela de Netflix perdió todo eso.
Crouching Tiger, Hidden Dragon: Sword of Destiny no gustó ni a crítica ni a público. La prensa especializada dijo de ella: "palidece en comparación con su predecesora en todos los sentidos imaginables. Es una secuela perezosa que nunca justifica su propia existencia cínica".
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